El drama de una conejita de Playboy por el tamaño de sus senos

La conejita de Playboy Lindsey Pelas asegura que tiene que "sonreír pese al gran dolor que padece" cada vez que se toma alguna fotografía sexy para compartir en Instagram.

Para la modelo de 26 años sus senos naturales son más de una maldición que una bendición.

En una entrevista con el tabloide británico The Sun, Pelas afirmó que sus enormes pechos pesan 11 kilos y le están causando un severo dolor de espalda.

La belleza californiana compartió el problema de salud que sufre con sus casi 7 millones de seguidores. Fueron muchos los usuarios que tuvieron amables palabras de apoyo.

"No puedo imaginar lo que debe ser para ti, mantente fuerte", escribió un fan. Otro comentó: "Cirugía de reducción mamaria. Yo todavía pienso que eres hermosa". 

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"Haciendo mi mejor cara dulce e inocente cuando estoy sufriendo", dijo en una de las publicaciones, en las que consiguió más de 90 mil likes.

Pelas no tiene pensado pasar por el quirófano y opta por masajes regulares y clases de yoga para ayudar a aliviar sus dolencias. "Masajes y una cama nueva y agradable están ayudando a mantenerme libre de dolor". 

A sus 45 años, Sofía Vergara deja al desnudo su impresionante figura

Además de ser una de las mujeres mejor pagadas en la televisión, Sofía Vergara es también es una de las más sexys y eso lo dejó más que demostrado en su última portada.

La actriz de 45 años fue fotografiada por Womens Health y, aunque luce un cuerpo espectacular, admitió en entrevista para la publicación que no es fan del gimnasio: "No sé si soy fuerte. Tengo rodillas malas y huesos muy delgados. Apenas puedo hacer una flexión."

Aún así, la actriz aceptó que se obliga a hacer ejercicio tres o cuatro veces por semana con un entrenador y que incorpora rutinas que combinan cardio, fuerza, equilibrio y flexibilidad, así lo informa Quien.com. 

Asimismo, dijo que su esposo, Joe Manganiello, construyó un gran gimnasio en la casa, por lo que no tiene excusas, pues él sí es un atleta de toda la vida que disfruta ejercitarse; en cambio, ella asegura: "Es como una tortura para mí. Estoy de mal humor dos horas antes, estoy de mal humor mientras lo hago, estoy de mal humor al final porque tengo que programar la próxima clase".