Agente de la Patrulla Fronteriza de EE.UU. es acusado de matar a 4 prostitutas

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Juan David Ortiz, agente de la Patrulla Fronteriza, parecía llevar una vida típica de suburbio en un barrio de casas nuevas junto al desierto.

Sirvió en la Armada, de la que se fue hace nueve años, para incorporarse a la Patrulla Fronteriza, igual que hacen tantos otros en esta ciudad del sur de Texas. Con su esposa criaban dos hijos. Los vecinos lo veían ir y venir e intercambiaban saludos.

Nadie en Laredo se hubiera imaginado que Ortiz podía ser presentado algún día como un asesino múltiple. Este agente de 35 años ha sido acusado de matar a cuatro mujeres que los fiscales describen como trabajadoras sexuales. Las cuatro recibieron un tiro en la cabeza y fueron dejadas al costado de rutas de Texas.

Ortiz está preso y la fianza se fijó en 2,5 millones de dólares. Está bajo un régimen de prevención de suicidio.

El caso estremeció a las comunidades de la frontera con México y desconcertó a las autoridades, que se empeñan en devolver la confianza en los agentes de la Patrulla de Fronteras y en otras dependencias policiales.

 

 

“Queremos saber la verdad y hacer justicia con las víctimas”, declaró el procurador del condado de Webb Isidro Alaniz. “Si bien el motivo no es un elemento en un asesinato, queremos saber lo que le pasaba por la cabeza a este individuo acusado, por qué lo hizo”.

Un portavoz del Departamento de Seguridad Pública de Texas dijo que las autoridades siguen investigando y que por ahora no hay indicios de que haya más víctimas.

La mayoría de los residentes de Laredo tienen un familiar o un amigo en la Patrulla de Fronteras, responsable de vigilar el río Bravo que separa a Estados Unidos y México, y bordea Laredo.

 

Incluso quienes se oponen a la construcción de un muro fronterizo y a las políticas más duras hacia la inmigración ilegal que promueve el gobierno de Donald Trump a menudo hablan bien de los agentes que conocen.

“No lo podía creer”, declaró a la Associated Press Colette Mireles, hermana de Claudine Luera, una de las víctimas. “Pensamos que sería otro, no un agente. Pero no podemos responsabilizar a la Patrulla de Fronteras. Este fue un acto horrendo que hizo por cuenta propia”.