Video: Denuncian «cambiazo» de cadáveres en un hospital colombiano

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Una llamada a uno de los dependientes de la funeraria, justo en el momento cuando se disponía a dejar en la bóveda el cuerpo de Sixta Tulia Zambrano, de 80 años, en el cementerio de la inspección de Dinamarca, en el municipio colombiano de Acacías (Meta), evitó que sepultaran a un hombre de 49 años en lugar del cuerpo de la mujer.

El cambiazo del cuerpo se produjo en el hospital de Acacías, entre el personal del centro clínico, de Medicina Legal y de la funeraria que retiraron el cuerpo equivocado para entregarlo a la familia de la mujer y por lo que se adelanta una investigación interna en el centro clínico.

 

Ofelia Peralta Zambrano, hija de Sixta Tulia, contó que el pasado miércoles llevaron a su madre al hospital porque un pulmón no le estaba funcionado y el otro también le estaba generando muchas dificultades para respirar.

En el hospital le colocaron oxígeno y el catéter para suministrarle los medicamentos y alimentos líquidos. En principio ella mejoró un poco, pero les informaron que se tenían que ir para la casa y que su madre quedaba asilada porque en el hospital había dos pacientes con COVID-19.

Después les pidieron una fotocopia de la cédula, porque posiblemente la iban a trasladar al hospital de Granada, pero cuando iban a ser las 10:00 de la noche los llamaron nuevamente para informarles que su madre había muerto y que ya era muy tarde para adelantar cualquier diligencia.

 

A la mañana siguiente, llegaron muy temprano al hospital y a las 9:10 de la mañana les entregaron los documentos que permitían retirar el cuerpo del centro clínico para darle sepultura y les advirtieron que debían adelantar todo el protocolo para pacientes de COVID-19, aún cuando ella no había sido diagnosticada positivo para el virus.

"En ese momento nosotros no sabíamos el protocolo que incluía que tocaba sacarla directamente para el cementerio de Acacías. Pero la voluntad de mi madre y de la familia es que su cuerpo quedara en el cementerio de Dinamarca". Además, "porque allá habíamos adquirido una bóveda", cuenta Ofelia.

Tras la entrega del cuerpo, hacia las 3:00 de la tarde del jueves, lograron convencer a los señores de la funeraria que trasladaran el cuerpo al cementerio de Dinamarca y justo cuando la iban a sepultar llamaron a uno de los funcionarios de la funeraria para informarle que ese no era el cuerpo de Sixta Tulia.

 

"A nosotros por el protocolo del COVID-19 no nos había permitido verle el rostro", dice Ofelia.

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De inmediato, nos devolvimos para Acacías y en Medicina Legal nos encontramos con los hijos del otro señor que había muerto de un paro cardiaco, que estaban esperando el cuerpo del papá, el cual llegaron a recoger en una ambulancia.

"Allí, ningún funcionario puso la cara para explicarnos qué había pasado, el cuerpo del señor lo subieron a una ambulancia y el de mi mamá lo subieron a la funeraria y lo trasladaron al cementerio de Dinamarca", agrega Ofelia.

En el cementerio, para tener certeza de que se trataba de su señora madre, le destaparon el rostro y uno de los sobrinos comprobó que efectivamente se trataba de su abuela y procedieron a sepultarla hacia las 6:30 del atardecer del jueves.

Investigación interna 

El director del Hospital de Acacías, Jaime Moreno, aseguró que en el centro clínico están investigando qué fue lo que pasó, porque en el momento en que ocurrió el cambio únicamente dos personas -un hombre y una mujer- que estaban rotuladas, habían fallecido en el hospital.

Ofelia, finalmente, dice que cuenta lo que le ocurrió a su familia por no quiere que otras personas tengan que vivir una situación como la que vivió con sus hermanos, hijos y sobrinos, informó El Tiempo.