Asesinan a mujer nicaragüense antes de declarar en juicio en Costa Rica

nicaraguense asesinada

La nicaragüense María Magdalena Arávalos Loría, de 41 años, vecina de Tirrases en Curridabat, murió la mañana de este jueves al recibir un balazo en la cabeza.

El crimen se produjo frente a su casa en La Ponderosa, específicamente en la segunda alameda cuando la nicaragüense iba camino al trabajo.

Al parecer la ahora fallecida era testigo en un juicio por un robo del cual fue víctima hace más de un año y tenía identificados a los sospechosos.

Vecinos, quienes no quisieron ser identificados por temor a represalias, indicaron que el responsable de acabar con la vida de Arávalos Loría andaba en una motocicleta blanca, marca Honda, además portaba un casco negro.

 

Daniel León, cruzrojista que atendió la escena, manifestó que la alerta ingresó por medio del 9-1-1.

“Al llegar ubicamos a una femenina de 41 años con una herida de arma de fuego, en apariencia en la cabeza. Al ser abordada ya estaba sin signos vitales”, dijo.

El esposo de Arávalos Loría, quien prefirió reservar su nombre, expresó que ella no se metía con nadie ni tenía problemas, tampoco los buscaba.

PROCESO CERCA

La única situación que se relaciona con el homicidio es que la próxima semana la hoy occisa debía declarar en el proceso por robo.

“Hace más de un año ella puso la denuncia, reconoció a los sospechosos y ayer (miércoles) la llamaron para decirle que debía presentarse al juicio que le tocaba la próxima semana, el miércoles. Ella me dijo que tenía mucho miedo y no quería ir al juicio, presumo que fue por eso (que la mataron)”, adujo el cónyuge. 

El marido salió de la casa 15 minutos antes de que fusilaran a la nicaragüense, se enteró cuando iba en el bus y una vecina lo llamó para decirle.

Además aseguró que los únicos problemas que podría tener su compañera eran con él, pero pleitos normales de un matrimonio.

El esposo de la víctima contó a El Periódico del Pueblo que Arávalos Loría trabajaba en labores domésticas.

Tras lo sucedido, oficiales de la Fuerza Pública llegaron al sitio para resguardar la escena y evitar algún tipo de alteración de las posibles evidencias.

Posteriormente el caso quedó en manos de agentes del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), quienes se encargaron de levantar el cuerpo y realizar las pesquisas respectivas.