Caos dificulta la búsqueda de víctimas en Nepal

Cinco horas esperó un equipo de 16 efectivos de la Unidad Militar de Emergencias (UME) en un hangar de la base militar de Katmandú un helicóptero que jamás llegó a despegar para llevarlos al valle de Langtang, una de las áreas más afectadas por el terremoto del 25 de abril en Nepal, en busca de desaparecidos por el seísmo.

Mientras, en la misma zona, el resto del operativo español de rescate (una decena de guardias civiles, tres militares y perros) se preparaba para regresar a Katmandú. Cinco de ellos habían identificado el cadáver de la catalana Rose Palau, de 37 años, desaparecida desde el seísmo y que había sido vista la última vez en el valle ahora arrasado.

Problemas logísticos y burocráticos han retrasado la entrada de esos envíos y su reparto a los damnificados, que han tardado días en recibir asistencia en las zonas más aisladas del país. El fin de semana la ONU se declaró “extremadamente preocupada” por los retrasos en aduanas para autorizar la entrada de los envíos y lanzó un llamamiento a Koirala para que redujera los requisitos burocráticos.

Agencias