Jane Fonda y Helen Mirren desfilan para L’Oréal

Jane Fonda se incorporó al elenco de embajadoras de L’Oréal en el 2006 para poner rostro a una gama de cremas para pieles maduras. Fue una apuesta pionera de la firma francesa, que en los años siguientes sumó a otras actrices veteranas como Helen Mirren o Susan Sarandon como imagen de sus cosméticos para mujeres mayores de 60 años. Pero ahora L’Oréal ha dado un paso más en su apuesta por mostrar la diversidad abriendo un espacio tan restrictivo como la pasarela a modelos de tallas y edades que no son las habituales y que el domingo desfilaron junto a supermodelos como Doutzen Kroes, Irina Shayk y Liya Kebede.

 

Jane Fonda y Helen Mirren capitanearon este elenco de embajadoras de la firma francesa, del que también formó parte la cantante Cheryl Cole, la modelo de tallas grandes Iskra Lawrence o la maniquí canadiense Winnie Harlow, con su piel despigmentada por el vitiligo. Fue el primer desfile abierto al público de L’Oréal, en el marco de la Semana de la Moda de París, que siempre había mostrado sus colecciones en shows privados. Entre los asistentes, los más jóvenes, smartphone en mano, no perdían punto de lo que se mostraba en la pasarela de 60 metros de largo que la firma de cosmética y peluquería instaló en la avenida de los Campos Elíseos.

Que era un desfile diferente se pudo ver enseguida. En cuanto salió Helen Mirren, desbordante de energía. Con los labios rojo brillante y una sonrisa de oreja a oreja, hizo gala del talento interpretativo que le ha valido los premios principales del cine. La actriz británica de 72 años llevaba un conjunto de pantalón y abrigo largo de Ellery en tonos blanco, negro y gris, y exhibió una gran seguridad en su recorrido, acompañada de un bastón que blandió al estilo Charles Chaplin.

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También Jane Fonda mostró su mejor sonrisa, desfilando con profesionalidad, enfundada en un Balmain largo hasta los pies con estampado de animal, diseñado por Olivier Rousteing, último en colaborar con las barras de labios. La actriz neoyorquina de 79 años, iba saludando a los asistentes y a mitad de la pasarela se detuvo para abrazar efusivamente a Naomi Campbell, que se encontraba entre el público.

A principios de septiembre, la actriz recibió junto a Robert Redford, en Venecia, un León de Oro para distinguir sus trayectorias. Redford, de 81 años, confesó entre sonrisas lo duro que le resulta que el cuerpo ya no le permita “hacerlo todo”, pero Fonda se puso más trascendental: “No he sido la madre que debí ser y eso nunca lo superas”, dijo. “Cuando uno esté a punto de morir, no importan los premios o las películas, lo que cuenta es si tus amigos y tu familia te aman, si hiciste todo lo que pudiste”, añadió.

Todo un carácter, Fonda se plantó la semana pasada ante una de las entrevistadoras más incisivas de la televisión estadounidense, Megyn Kelly, que la invitó a su programa Today, junto a Redford, para promocionar su última película, Nosotros en la noche. En lugar de hablar del rodaje, Kelly abordó el tema de la edad de las mujeres en Hollywood y preguntó a su invitada si estaba orgullosa de los retoques estéticos que se había hecho. “¿De verdad quieres hablar de esto ahora? Déjame explicarte por qué me gusta más esta película que la cirugía estética”, zanjó la veterana actriz.