Una pastilla al día para comer sin miedo a engordar

Quién no ha soñado alguna vez con tomar una pastilla para comer sin miedo a engordar? Ese medicamento a prueba de remordimientos podría estar más cerca que nunca si se confirman los resultados de un estudio del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO).

Los científicos españoles, liderados por Manuel Serrano, han desarrollado un fármaco experimental que consigue pérdidas de peso y grasa corporal de entre el 8 y el 20 por ciento mientras se sigue una dieta calórica. Lo hace, además, sin efectos secundarios, aunque de momento todo esto solo se ha demostrado en ratones y monos.

«Si se cumplen estos resultados en humanos podríamos contar con una nueva herramienta para combatir la obesidad, la diabetes y otras enfermedades relacionadas con el exceso de peso, e incluso del envejecimiento aunque esto último aún está por demostrar», avanza a ABC Manuel Serrano, responsable del grupo de Supresión Tumoral del CNIO que firma este estudio en la revista «Cell Metabolism».

La idea sería que las personas con sobrepeso tomaran una pastilla diaria para mantener a raya los kilos de más, como ya hacen muchas para controlar el colesterol, cuenta. Además del CNIO, en la investigación han participado el Instituto Nacional de Envejecimiento de Estados Unidos y el centro de neuro-obesidad de la Universidad de Santiago de Compostela.

Una enzima tiene la clave

¿Pero cómo se puede adelgazar sin dejar de lado la comida y sin hacer más ejercicio? La clave la tiene una enzima llamada PI3K. La obesidad aparece cuando se produce un desequilibrio entre la ingesta y el gasto calórico.Cuando el balance energético es positivo, el exceso de calorías se almacena en forma de grasa y una de las funciones de esta enzima es fomentar el almacenamiento de nutrientes. Los investigadores del CNIO conocían esta enzima porque también juega un papel importante en el cáncer, al favorecer el crecimiento y la multiplicación celular.

Otros grupos de investigación han desarrollado compuestos que regulan esta enzima buscando un tratamiento oncológico. Pero, por primera vez, los científicos del CNIO se plantearon otra utilidad: anular su actividad para frenar la obesidad.