Jóvenes de Latinoamérica a merced del crimen organizado

La pobreza, la discriminación, la indiferencia y la falta de educación de niños y jóvenes de Latinoamérica propician su incorporación a grupos del crimen organizado, reveló este viernes un informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

«Las desigualdades y la exclusión social se encuentran entre las causas estructurales de la violencia«, afirma el informe de la CIDH denominado «Violencia, niñez y crimen organizado», presentado en la capital guatemalteca.

El documento estima que la situación es más crítica debido a que las respuestas de los Estados «no son suficientes para prestar una adecuada atención a la niñez más afectada por estas condiciones, para garantizar sus derechos y prevenir que sean captados y utilizados por el crimen organizado«.

«El cúmulo de violaciones a sus derechos sitúa a los niños y adolescentes en condiciones de extrema vulnerabilidad y los expone a ser captados por organizaciones delictivas» relacionadas con el narcotráfico, la trata de personas y la explotación sexual y laboral, explica el documento.

Asimismo, el documento rechaza la represión institucional o el incremento de militares en la seguridad ciudadana como salidas al problema, debido a que no ayudan a la reinserción social.

«Es una situación muy alarmante. Son el blanco perfecto para insertarlos en el ejército del crimen», lamentó la relatora de la Niñez de la CIDH, la panameña Esmeralda Arosemena.

La relatora afirmó que los niños y jóvenes son preferidos por la criminalidad porque son más fáciles de «manipular» y existe «mejor facilidad para descartarlos o intercambiarlos con otras redes criminales. Son el último eslabón de la cadena».

«Es una tragedia la que vive la niñez en la región», dijo a Procuradora adjunta de Derechos Humanos de Guatemala, Hilda Morales.

Para Morales, en la mayoría de países «no existen centros de reinserción sino de tortura que se convierten en escuelas del crimen» para menores, pues se violan sus derechos continuamente y por ello los jóvenes prefieren seguir vinculados a esos grupos ilegales.

En tanto, el director de la ONG Refugio de la Niñez, el guatemalteco Leonel Dubón, comentó que el año pasado murieron violentamente en este país un total de 790 menores, el 70% con arma de fuego.

En los cuatro meses de este año, la cifra de los menores fallecidos violentamente es de 247 menores, de los cuales 220 por heridas de arma de fuego.