Consejos para librarte de la resaca que dejó el 24 de diciembre

brindis

Es época de brindis. Las copas son protagonistas y es temporada alta de consumo de alcohol. Y, sin haberlo pedido, como regalo de Navidad y Año Nuevo, al día siguiente de los festejos del 24 y 31 de diciembre, aparece la tan temida resaca. La cabeza estalla, el estómago arde, los pensamientos de arrepentimiento y las falsas promesas surgen: "No tomo nunca más".

El problema se agrava según la edad ya que, según un estudio del grupo británico Redemption, que promueve la diversión sin alcohol, el efecto de la resaca aumenta a partir de los 30 años de edad. 

La resaca es un grupo de signos y síntomas desagradables que pueden presentarse después de tomar demasiado alcohol. Como si sentirse mal no fuera suficiente, las resacas frecuentes también están asociadas con un desempeño deficiente y conflictos en el trabajo.

 

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Como regla general, cuanto más alcohol tomas, más probabilidades tienes de sufrir resaca el día siguiente. Sin embargo, no hay una fórmula mágica que indique cuánto alcohol se puede tomar de manera segura y, aun así, evitar la resaca.

Existen diversas creencias populares que, ante la demanda de remedios caseros y urgentes para combatir la resaca aconsejan métodos extraños como beber una cucharada de aceite antes de ingerir alcohol, hacer ejercicio y transpirar luego de beber o comer un yogurt o un pedazo de queso cremoso.

Tomar mucha agua, ¿sirve para la resaca?

Según el citado estudio, ni beber abundante agua después de ingerir grandes cantidades de alcohol ni comer antes de meternos en la cama reducen significativamente los efectos que se sufrirán el día posterior a la borrachera.

 

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Joris Verster, investigador de la Universidad de Utrech y principal autor del estudio sobre la resaca, explica que para llegar a esta conclusión se tuvieron en cuenta los hábitos de consumo de 789 estudiantes canadienses y las consecuentes resacas que padecían. De esta manera se llegó a la conclusión de que la resaca es en la mayoría de los casos proporcional al alcohol ingerido. También comprobaron que las personas que sufren resaca no disminuyen su consumo para evitar resacas en un futuro.

Ante estos resultados, Verster afirma que "los que tomaron agua o alimentos mostraron una mejora estadística ligera en cómo se sentían sobre aquellos que no lo hicieron, pero esto realmente no se traduce en una diferencia significativa. Lo único que podemos afirmar con seguridad tras el estudio es que la única forma práctica de evitar una resaca es beber menos alcohol".