Camilo Zapata Creador del Son Nica

Camilo Zapata Creador del Son Nica
Foto:Camilo Zapata Creador del Son Nica/Cortesía

Por Wilmor López

Recientemente la Compañera Rosario Murillo anunció que el Comandante Daniel Ortega Saavedra, Presidente de la República solicitó a la Asamblea Nacional que se nombre el 25 de Septiembre, como Día del Son Nica, en honor al compositor Camilo Zapata, una celebración que hace mérito al creador del Son Nica en su fecha de nacimiento.

Presentamos datos biográficos de este hombre encendido por la naturaleza y el amor a Nicaragua, profundamente humilde e inmensamente valioso.

  • Puedes leer: Rubén Darío y la Masonería

    Nace el 25 de septiembre de 1917, en Managua, Capital de Nicaragua, a quinientos metros del parque Frixione, fue vecino del lago de Managua en el barrio San Pedro. Su progenitora fue Doña Amelia Zúñiga Urtecho, originaria de Jinotepe, Carazo, quien lo inicia en las primeras letras, su padre fue Don Benjamín Zapata Mestaller de Chinandega. Al nacer lo bautizaron con el nombre de Ramón Arnoldo Zapata Zúñiga, sin embargo su abuela materna lo llamó Camilo desde sus primeros meses de vida, porque Camilo era el nombre de su abuelo materno, nombre con el cual se conocería definitivamente.

    Doña Amelia, madre del pequeño Camilo, le instruyó a tocar el piano de los Hermanos de la religión Bautista, su mamá era profesora de piano y miembro de la Convención Bautista, motivo por el cual le permitió al niño Camilito ejecutar el piano como aprendiz y asistir a los cultos amenizados por guitarristas y mandolinistas. Este hecho imprimió musicalmente para siempre al niño Camilo quien más adelante se definiría como compositor y Pionero del Son nica.

    Al notar su devoción por la música a temprana edad, su mamá le compra su primera guitarra sin saberla ejecutar, la familia vivía en ese entonces el barrio San Pedro, a unas cuantas cuadras se localizaba el cementerio histórico del mismo nombre, por esas cosas de la vida, en esos días llegó a la casa de la familia Zapata, Doña Isabel Montealegre, una artista que cantaba y ejecutaba la guitarra y a petición de Doña Amelia, le enseña a Camilo los primeros acordes del instrumento cordófono.

    A los doce años, siempre residiendo en el barrio San Pedro empieza a componer sus primeras canciones, basándose en los ritmos de moda, pero sin lograr satisfacer su espíritu artístico, Camilo ya buscaba algo más en la música y no sabía que era, pasarían dos años, al cumplir los 14, en 1931, es cuando Camilo Zapata irrumpe con su primera canción, calcada en la métrica de su son, esa composición inicial fue el Caballito Chontaleño, letra y música que modificó varias veces, hasta lograr presentarla en vivo en un programa de la emisora Rubén Darío al año siguiente, obteniendo la aceptación inmediata del pueblo, el jovencito Camilo hizo nacer su son con el nombre de nicaraguano, más tarde su amigo y compositor Erwin Krüger, director del Trío Monimbó, le sugiere cambiarle el nombre de Son Nicaraguano y le ponga Son nica, Camilo accede con mucho gusto y así se quedó definitivamente: Son Nica.

    El son nica se basa en el compás 6X8, hoy ese ritmo nos baila adentro como son nica, el nicaragüense lo baila en el subconsciente, en las festividades patronales, en fiestas populares, allí está presente el son nica y nos repica en los pies.

    Fue galardonado en la primera entrega de la Orden Independencia Cultural Rubén Darío en 1980, a pocos meses del triunfo de la Revolución Sandinista, también fue el primero en recibir el Premio Nacional Humanidades.

    Hijo Dilecto en Managua y Juigalpa, Doctor Honoris Causa de la UNAN Managua y personaje del Siglo XX.

    Camilo zapata estuvo casado con una chinandegana, doña Lila Quiñonez, compañera de toda su vida, a raíz de su matrimonio se van vivir a Chinandega donde nacen sus cuatro hijos: Camilo, Rodolfo, Gustavo y César. El 3 de febrero de 1986 fallece su amada esposa, quedando viudo pero fortalecido con sus cuatro hijos.

    Viajamos persiguiendo una ilusión
    La fe y la esperanza no faltó,
    Supimos resignarnos al dolor
    Y de vivir sin odio ni rencor
    Viajamos sin querernos detener,
    Ansiosos de llegar
    Al fin que la dicha
    De saberse amar.

    Humildad y grandeza, con sus canciones, no hizo dinero, no se quejó nunca de su suerte, la mayor paga lo recibió del pueblo con su cariño, aprecio y reconocimiento.

    Antecedentes musicales y el son nica de Camilo Zapata

    En esta modalidad del compás 6X8 se reconocen otros grandes maestros anteriores a Camilo Zapata que no llegan a constituirse como pioneros pero son grandes maestros, unos con influencia religiosa y europea: José de la Cruz Mena, Manuel Ibarra, Hernán Zúñiga Gutiérrez y Alejandro Vega Matus también compusieron música en 6X8 y entre ellos nacieron algunos sones de toros, de pascua y otros sin ninguna calificación particular.

    La mama ramona es un son de toros compuesto por Alejandro Vega Matus, el nacatamal, es un son original de José de la Cruz Mena y grabado por una orquesta sinfónica, ese cabellito rubio es un son de pascua de Manuel Ibarra, Hernán Zúñiga compuso el son de los diablitos, tan popular en Masaya durante las festividades a San Jerónimo.

    Este compás de 6X8 que más tarde se conocería como son nica es el más perfecto de todos los anteriores, para aclararnos al respecto el musicólogo y maestro arreglista Raúl Martínez Salas nos agrega lo siguiente: el son nica es un tipo de compás llamado 6X8 (seis por ocho o seis octavos). Sin embargo no debemos confundir el concepto de compás con el concepto de ritmo, aunque están relacionados se trata de dos cosas distintas y no hay que confundir con otros compases que existen en América del Sur como la chacarera y el chamamé de Argentina, la Cueca chilena, el huapango y el jarabe de México, el malambo del Uruguay que se parecen ligeramente con el ritmo del Son Nica porque estos están diferentes en compás 6X8, seguidamente el maestro Raúl Martínez nos menciona cinco diferentes géneros en compás de 6X8: algunos sones de la obra teatral El Güegüense, otros sones de las piezas de marimba de arco, sones de toros o de cacho, sones de pascua que en su mayoría tienen autor, algunos sones poseen textos y se cantan como algunos sones de marimba y de toros: “ese toro no sirve”, “la casa de la suegra”, “te lo tenté”, “Que parió tu mamá pelota”, “mama chilindrá”, y el son nica como Caballito Chontaleño, Minga Rosa Pineda, Flor de mi colina, el sopapo, entre otras. A partir de la publicación de Caballito Chontaleño”, don Camilo fue reconocido de inmediato como el gran innovador que realmente era. Pese a que en aquella primera mitad del siglo XX, la gente ya conocía los sones del Güegüense, los sones de marimba, los sones de toros y los sones de pascua, aun así notaron en don Camilo un tipo de música que jamás se había hecho en Nicaragua, don Camilo cuenta que cuando estrena el tema en 1932, en la Radio Emisora Rubén Darío cuyo propietario era don Juan Manuel López Escobar, una buena parte de la población invadió espontáneamente la calle de la radio para conocerlo, pero él se negó a salir por su habitual timidez. Camilo Zapata comienza a usar su patrón rítmico incorporando la guitarra en compás 6X8, con el bajo, logrando un reconocimiento unánime por su originalidad y aporte a la música nacional, confirmándolo como el pionero creador del son nica.

    Jorge Isaac Carvallo opina sobre las canciones de Camilo: “Las letras de sus canciones son bellísimas, llenas de picardía y su música es extraordinaria”, por ejemplo el tema El Solar de Monimbó.

    El Solar de Monimbó lo da a conocer en 1936, desde su título nos permite ubicarnos a quien está dedicada: Monimbó, Masaya, entre sus elementos compositivos está lo vernacular y lo picaresco, el ejemplo de un lenguaje sencillo, un léxico muy propio del campesino y la idiosincrasia del nicaragüense. Y como si fuera poco es una pieza musical que está hecha para acompañarse en acordes mayores, lo que le imprime mayor vida y alegría.
    Con su letra nos describe una situación de fiesta en que la gente baila sus canciones típicas como “Dos Bolillos”, “El Garañón”, y nos recrea la forma de bailar de la gente del campo (El zapateado).

    …Hay que ver a doña Inés
    Pa´ bailar, como zapateya a la vez,
    Que hace la cadera temblar…

    Y emplea el compositor el léxico que se usa en dicha comunidad: Zapateya. Nos brinda pues toda una algarabía y la vida festiva del indio y la mujer de Monimbó, con todo y su carisma, lo picaresco con el doble sentido que le da a las cosas, como todo un buen nicaragüense:

    …Don Rodrigo está tanteando
    Como le hace por detrás…

    No cae en lo vulgar, ni en lo soez, ni grotesco; sugiere, maneja y cambia el sentido de la situación ya que a esta parte de la canción le agrega:

    … zapateando, zapateando,
    Zapateya y nada más…

    También hace uso de la metáfora como recurso literario:

    … La mujer que se cree viva
    Y no baila en el solar,
    Es como un plato de almíbar
    Que no sale a veranear…

    Lo que nos quiere decir el autor es que para qué va la mujer a la fiesta si no baila, y lo compara en el almíbar, que lo hacen para las vacaciones de verano, para comérselo y no se lo comen. El compositor no pierde de vista lo que se acostumbra a comer en Semana Santa, el almíbar plato típico, conocido hoy como curbasá.
    Se puede afirmar que la música de Camilo Zapata logró tener una aceptación popular, porque su ritmo tiene originalidad y tiene por fuente la música tradicional. Además recoge lo típico de nuestro pueblo, lo propio de las festividades populares, integrándolo a sus canciones, elementos costumbristicos del nicaragüense, con lo que se logra la identidad entre el artista y el pueblo.

    Otras de sus composiciones son:

    “El Cacao”, “El Nandaimeño”, “Ganado Colorado”, “Flor de mi Colina”, “Teustepe” y “Campesina Zalamera”, forman parte de su primera producción artística de los años cuarenta.

    “En el Nandaimeño”, le canta al ocio (vida no laboral del hombre) pero del hombre del campo. En este caso le cantó a los valores propios de la mentalidad del nandaimeño como la valentía, el machismo, pasiones amorosas campestres, en fin a la aventura:

    “El Nandaimeño”.

    Carajo Juancho, con el cutachón
    Que le dio el patrón,
    Se ve más fiera de lo que antes era,
    Pero le pasó, que su morena se le
    ue conmigo, tengo ese enemigo
    Pero es que yo tengo más grande el cutachón,
    Ya mí morena lo aseguró,
    Que al manejarlo, yo le hago mejor…
    … Caray, qué… espina la que tiene Juan
    ¿Por qué no le dan una sonrisa como a mí la
    Luisa me la sabe dar?
    Y estoy seguro
    Que si yo a la Luisa le pido algo más
    Pues me lo da lo que tiene,
    Allí por delante del platanal,
    Un terrenito para sembrar,
    Y hasta conmigo se puede casar.

    Con esta canción de nuevo vuelve a jugar con lo irónico, con el doble sentido que le da a las cosas. Primeramente se pone como narrador omnisciente, cuando describe al personaje y posteriormente se ubica como el protagonista de la canción.

    Cabe afirmar como fenómeno o movimiento musical El Son Nica de Camilo Zapata tuvo su influencia sobre otros compositores nicaragüenses como: Victor M. Leiva, Jorge Isaac Carvallo, Otto de la Rocha, Carlos Valle Vallecillo, Carlos Mejía Godoy, Ofilio Picón, Sergio Tapia, Carlos Adán Berrios, José Robleto, Juan Solórzano, Sarita Valery, Ramón Chavarría, entre otros. Ellos retoman el Son Nica, impregnándoles características personales naciendo el Son Nícaro y Son Payaneado, sin perder ninguno su raíz que es el Son Nica de Camilo Zapata.

    Camilo Zapata le da a conocer al marimbero Carlos Palacios el tema El Solar de Monimbó y es el primer marimbista en ejecutarla con cuatro bolillos, agradecido el compositor le compone en honor a su labor la canción El Marimbero, en la década del cincuenta:

    Ya se va… ya se va… Ya se va El Marimbero
    De la feria Lleva ya… lleva ya En sus bolsas el
    dinero
    Que ganó
    Ha tocado en el umbral De la iglesia de San Juan
    Y ha ganado con su marimbiar Ahora, sí, puede comprar
    Lo que su mujer soñó: El solar que está pegado
    A Juan Quiroz.
    Ya se va… ya se va… Ya se va El Marimbero De la
    feria.
    Lleva ya, lleva ya una historia que contarle a los demás. Ha tocado por amor Al buen Santo de San Juan
    Y ha tocado también por ganar.
    Todo el mundo le aplaudió Y un borracho hasta lloró
    Al oírle ejecutar El Garañón.
    Ya se va… ya se va Levantando con sus caites Polvo
    fino, Y se va… y se va Consumiéndose a lo largo del
    camino.

    Camilo Zapata fue un visionario de la música y la danza folclórica en Nicaragua, organizó en la década del 60, su propio ballet de danza llamándolo Camilo Zapata, entre las integrantes estaban la jovencita Irene López, quien más tarde se destacaría fundando su propio conjunto de danza respaldada por su tío Bayardo Ortiz Pérez y un muchacho prodigio: Alejandro Cuadra Blandón que más tarde fundaría el emblemático ballet folclórico Macehualt. Camilo Zapata con su ballet folclórico logra triunfar a nivel internacional en el primer festival de danzas folclóricas de Centroamérica y Panamá celebrado en Managua en 1966 y en 1973 don Camilo deja la dirección de su ballet folclórico al profesor Antonio Dávila Hernández.

    Camilo Zapata, una voz con tono de seda y fina, hizo aproximadamente 600 composiciones, logrando grabar 70 composiciones en siete discos, creó 45 sones nicas, las otras composiciones las hizo en ritmo boleros, tango, vals, corrido, fox trot, baladas, pasillos, jazz bolero, entre otros. Sus canciones fueron interpretadas por artistas nacionales y extranjeros como los 4 hermanos Silva de Chile, Julio Jaramillo de Ecuador, los Zorzales, Guaranies del Paraguay, los hermanos Cárcamo de El Salvador, Los Brillanticos de Costa Rica, Carla Kjerbi de Perú, el emblemático Ensamble Alexándrov, coro musical del ejército ruso y de Nicaragua, Los Nícaros, Los Juglares, Trío Monimbó, Trío Xolotlán, Carlos y Luis Enrique Mejía Godoy, Otto de la Rocha, Norma Helena Gadea, Camerata Bach, La Orquesta Nacional de Nicaragua, entre otros. Camilo Zapata es el pilar de identidad de la cultura musical nicaragüense, orgullo de nuestro país, así como Rubén Darío lo es para la literatura y el movimiento del Modernismo, el Maestro Rodrigo Peñalba para la pintura Contemporánea y el Coreógrafo Alejando Cuadra para la danza Folclórica, Camilo Zapata lo es para nuestra música regional, es una gloria nacional, un héroe cultural, pionero del Son Nica.

    Desde el año 2009, el compositor reposa bajo la tierra, tenía al morir 92 años de edad, un 23 de junio, Día del Padre, cerró sus ojos para siempre, Nicaragua lo recuerda con su sonrisa a flor de labio, su amistad precisa y atemporal, un caballero con guitarra, de pie en la primera fila de los hombres del Siglo XX.

    Camilo fue un hombre que le dio rostro a la música nicaragüense, esa es la mayor herencia, su actitud como ser humano siempre fue honorable, leal y sincera, el Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional a través de nuestro Presidente Comandante Daniel Ortega, le hace un homenaje a su legado al declarar el 25 de Septiembre, como Día del Son Nica, día dedicado a la música nacional, su promoción permanente y búsqueda de nuevos valores que continúen la producción de su métrica musical.

    Mediante el son nica Camilo le otorgó identidad a la música nicaragüense y en cualquier parte del mundo será nuestra mejor expresión. Sus canciones, sus letras y su música traslucen en la identidad, en la alegría, en el amor, la pasión y picardía. Camilo, zapatea en el Solar de Monimbó, cabalga en el Caballito Chontaleño y en su galope también conquista el corazón de Nicaragua, las canciones de Camilo Zapata nos identifican como nación y nos une como pueblo, un sello de autenticidad cultural de Nicaragua.