En una noche cargada de emoción y orgullo, el Teatro Nacional Rubén Darío fue el escenario de la entrega del Premio Nacional OMPI a la Creatividad; un reconocimiento que celebra el talento y la trayectoria de artistas nicaragüenses que han contribuido significativamente al patrimonio cultural del país. El evento fue organizado por el Ministerio de Fomento, Industria y Comercio (MIFIC); en coordinación con instituciones culturales, como parte de su compromiso con la promoción de la propiedad intelectual y la creatividad.
Durante la actividad, organizada en el marco de la Jornada Abril Creativo y en celebración del Día Mundial de la Propiedad Intelectual (26 de abril) y el Día Internacional de la Danza (29 de abril); se rindió homenaje a dos destacados exponentes del arte nacional: la coreógrafa, bailarina y maestra de danza contemporánea Sandra Gómez, y el músico, pianista, arreglista y compositor Tránsito Gutiérrez; reconocido como uno de los grandes representantes del jazz en Nicaragua.
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«Nos sentimos muy orgullosos de estar aquí esta noche reconociendo a estos dos grandes artistas de nuestra Nicaragua», expresó Ervin Ramírez; Viceministro del MIFIC, destacando el compromiso del gobierno con la promoción y valoración del arte nacional.

Nicaragua realiza homenaje a figuras del jazz y la danza contemporánea
Visiblemente emocionada, Sandra Gómez expresó su alegría y gratitud por el reconocimiento recibido. “Me siento tan feliz. En este día tan importante como el Día Internacional de la Danza, ¿qué más puedo pedir? Este es un homenaje merecido que recibo con humildad, porque todos estos años de trayectoria y de crecimiento en la danza; especialmente en la contemporánea, me han llevado hasta aquí, a este merecido reconocimiento”, afirmó.

Durante su intervención, Gómez también hizo un llamado a las nuevas generaciones: “Jóvenes, prepárense, busquen esos espacios, acérquense a quienes ya tenemos una trayectoria, para que podamos compartir nuestra experiencia”.
La ceremonia no solo fue un tributo a estos artistas, sino también un recordatorio del valor del arte como herramienta de identidad, inspiración y transformación social en Nicaragua.