Familias lloran en el cementerio a sus fallecidos tras el terremoto de Irán

Sarpul Zahab (Irán), 16 nov (EFE).- Las familias de los fallecidos en el fuerte terremoto, que sacudió el oeste de Irán el pasado domingo, se acercaron hoy al cementerio de la localidad de Sarpul Zahab entre lágrimas y escenas de dolor.

Un total de 432 personas murieron y 9.400 resultaron heridas, según las últimas cifras oficiales, aunque varios medios estatales elevan el número de víctimas mortales a 470.

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Situado en las afueras de Sarpul Zahab, la población más damnificada por el sismo, el cementerio fue testigo desde primera hora de la mañana de un trasiego de personas desconsoladas.

"He perdido a mi mujer, mi hijo está en el hospital, he perdido también a mi primo y sus cuatro hijos. Todos murieron en el terremoto", dijo a Efe Qobad Rezaí sin poder controlar el llanto.

Acompañado por cuatro de sus hijos, el hombre contó como salieron corriendo de su casa al sentir el terremoto. A su mujer no le dio tiempo y quedó sepultada entre los escombros.

Uno de sus hijos resultó asimismo herido y continúa ingresado en el hospital de la ciudad de Kermanshah, capital de la provincia homónima y escenario del siniestro.

Sus hijas, arrodilladas sobre la tumba de la madre, todavía sin lápida y solo cubierta por la tierra, clamaban entre lágrimas: "¿Dios, qué hemos hecho para que nos ocurriera semejante desgracia?".

La mayoría de los fallecidos ya han sido enterrados, pero es tradición en Irán acudir los jueves al cementerio, especialmente el primero desde la muerte de un familiar.

Durante toda la jornada de hoy se espera en el cementerio a los allegados de las víctimas mortales del sismo, de 7,3 grados en la escala de Richter, el más grave registrado en Irán desde 2003.

La situación sigue siendo muy crítica en esta población y en otras afectadas por el sismo, ya que a la pérdida de seres queridos y la destrucción de las viviendas se suma la lentitud en la llegada de ayuda.

Miles de personas están instaladas en tiendas de campaña o durmiendo a la intemperie pese a las bajas temperaturas nocturnas.