Vicepresidente de EE.UU. mantiene la línea ofensiva contra Pekín

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El vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, ofrecerá este 4 de octubre un discurso en el Instituto de Hudson en Washington en el que advertirá a Pekín que el país norteamericano no cederá ante su intimidación en el mar de China Meridional, según indica el guion de esa intervención al que ha accedido la agencia Reuters. 

Durante su intervención, ese alto cargo estadounidense recordará el incidente que se produjo en esas aguas el pasado 30 de septiembre, cuando el USS Decatur tuvo que "maniobrar para evitar la colisión" con otro destructor chino cerca de las islas Spratly.

"A pesar de ese hostigamiento tan imprudente, la Marina de EE.UU. volará, navegará y operará dondequiera que el derecho internacional lo permita y nuestros intereses nacionales demanden. No estaremos intimidados. No cederemos", parece que declarará Pence.

La presunta injerencia china

Además, la mano derecha de Trump afirmaría que China desea aprovecharse de "las divisiones" políticas que tienen los gobiernos locales y federales de EE.UU.

En el ámbito comercial, se espera que este alto cargo estadounidense declare que China "emplea medidas como aranceles para promover la influencia política de Pekín" con el objetivo de "movilizar a actores encubiertos, grupos de fachada y organizaciones de propaganda" para cambiar la percepción de los norteamericanos sobre las políticas chinas.

"Como un alto cargo de nuestra Inteligencia me ha comentado recientemente, lo que hacen los rusos palidece en comparación con lo que realiza China" en EE.UU., compararía Pence.

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Creciente tensión entre EE.UU. y China

La semana pasada el presidente de EE.UU., Donald Trump, afirmó que su país "tiene pruebas" de que China trató de interferir en el proceso electoral estadounidense de 2018.

Por su parte, el ministro chino de Relaciones Exteriores, Wang Yi, rechazó esas acusaciones y afirmó que China "no interfirió ni interferirá en los asuntos internos de ningún país".

Este intercambio de declaraciones se produjo en medio de la guerra comercial que han puesto en marcha Washington y Pekín. El pasado 24 de septiembre entraron en vigor nuevos aranceles del 10 % que EE.UU. impuso a las importaciones chinas por valor de 200.000 millones de dólares. A partir de ese mismo día, China respondió con tarifas a mercancías estadounidenses por el equivalente a 60.000 millones de dólares.