Feligreses abarrotan la Basílica de Guadalupe

Al menos cinco millones de personas dejaron de lado sus ocupaciones cotidianas para rendir culto a La Virgen de Guadalupe.

Como cada año, sin importar el día de la semana en que se celebra a la Guadalupana, arribaron fieles al Tepeyac, empujados por la crisis económica o la necesidad de encomendarse a un ser superior.

Desde el miércoles pasado comenzaron a llegar a la Basílica peregrinos a bordo de autobuses, camiones de carga, camionetas, automóviles, a pie o en bicicleta para pedir a la Virgen de Guadalupe que les ayude a sobrellevar la actual situación de violencia o de carencias económicas que hay en México.

Juan llegó la noche de este jueves 11 desde Valle de Chalco y recorrió de rodillas los dos kilómetros que hay desde Peralvillo hasta la Basílica.

El último tramo lo realizó prácticamente a gatas, apoyándose en su brazo izquierdo completo, y en su brazo derecho que más bien es un muñón. Le acompañan sus dos hijas que también avanzan a gatas, y quienes estuvieron a punto de morir recientemente a causa de enfermedades que no pudieron ser atendidas oportunamente debido al estado de miseria en que viven.

Penitencia

A lo largo de la Calzada de Guadalupe avanzan peregrinos cargando imágenes de la Virgen que son más grandes que ellos mismos; hay personas que son llevadas en silla de ruedas, en carriolas son trasladados niños que aún no pueden caminar, hay peregrinaciones encabezadas por heraldos que llevan antorchas, caravanas de ciclistas que terminan rendidos y se acuestan a descansar en el atrio mismo de la Basílica.

Hay cientos de peregrinaciones que llegan uniformadas y en un orden casi militar o familias que se lanzaron a la calle desde la madrugada del mismo jueves desde Amecameca o Pachuca para llegar a tiempo de cantar Las Mañanitas a la Virgen.

La conmemoración de la Virgen de Guadalupe se ha convertido desde hace años en una celebración gigantesca, que rebasa a cualquier otra que se realice en el país, con cifras desquiciantes.

Claman por la paz en la Misa de Gallo

En la celebración de la tradicional Misa de Gallo para conmemorar el 483 aniversario de las apariciones de la Virgen de Guadalupe en el cerro del Tepeyac, el vicario episcopal de la Basílica, Enrique Glennie Graue, centró su mensaje en la necesidad de paz para nuestro país, así como en la creación de un México nuevo, justo y sin corrupción.

En su homilía, el sacerdote también destacó la necesidad de regresar a Dios y mantener a la Virgen de Guadalupe como símbolo de unidad y esperanza para, de esta forma, construir una nueva cultura de la paz.

Luego de entonar Las Mañanitas interpretadas por el coro de infantes de la Basílica de Guadalupe, Glennie Graue hizo un llamado a los fieles católicos a escuchar y poner en práctica el mensaje de la Guadalupana para evitar la violencia y la muerte.

La Misa de Gallo es una celebración que se ha realizado anualmente desde que la imagen de la Guadalupana quedó plasmada en el ayate de san Juan Diego en 1531.

Al mediodía de este viernes, en ausencia del cardenal Norberto Rivera —quien se encuentra en Roma—, el nuncio apostólico en México, Christophe Pierre oficiará la tradicional «Misa de las Rosas» para recordar el momento en que la imagen de la Guadalupana quedó milagrosamente pintada en la tilma de Juan Diego.

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AGENCIAS