Trump parece empezar a virar sobre el tema de la inmigración

La nueva consigna de Donald Trump para la inmigración, «justa pero firme», hace que muchos se pregunten, tanto demócratas como republicanos: ¿será que el candidato republicano, célebre por su intransigencia, empieza a ceder?

Su campaña insiste en que la posición es «exactamente la misma» en cuanto a los principios, pero el mismo Trump reconoció la semana pasada que «ciertamente podría haber una flexibilización porque no queremos hacer daño a la gente».

En cuestión de días, Trump pasó de exigir la deportación masiva de millones de personas —una posición demasiado derechista incluso para muchos republicanos— a sostener que las deportaciones deben ser para los que cometen delitos, una posición que se acerca a la del presidente Barack Obama y la candidata demócrata Hillary Clinton.

¿Qué sucede?

Si la serie de declaraciones vagas y contradictorias de Trump en los últimos días indica algo, es que su política sobre inmigración sigue cambiando. Trump hizo grandes cambios en su equipo de campaña como parte de un intento de reenfocar su mensaje para las elecciones generales, donde la posición intransigente en materia de inmigración puede serle más perjudicial que en las primarias republicanas.

La campaña postergó un discurso importante sobre inmigración previsto inicialmente para esta semana, pero en un acto 24 de agosto retomó el discurso duro que esperan sus seguidores.

«Vamos a tener una frontera de verdad. Vamos a tener un muro de verdad. México lo va a pagar», dijo Trump en Tampa, Florida.

Algunas propuestas de Trump, comparada con las de Clinton y lo realizado por Obama:

DEPORTACIONES

TRUMP: Desde el comienzo, la campaña del empresario se ha basado en la promesa de un enfoque drásticamente diferente. Presentó un plan detallado para la deportación de 11 millones de inmigrantes sin autorización, con plazos y alusiones a una «fuerza de deportación». Trump dijo que todos tendrían que regresar a su país de origen, pero que la «gente buena» podría regresar mediante un proceso legal.

Ahora parece haber cambiado de tono. El lunes dijo que primero se concentraría en deshacerse de «los malos». La jefa de campaña Kellyanne Conway dijo que Trump quería deportar a inmigrantes con prontuarios delictivos, no a los 11 millones. ¿Y la fuerza de deportación? «No ha hablado de ella últimamente», dijo Conway.

CLINTON: La candidata demócrata dice que la reforma de las leyes inmigratorias será una prioridad, pero que en principio las leyes vigentes se deben aplicar de manera «humanitaria». Su campaña dice que las deportaciones se concentrarán en inmigrantes «que significan una amenaza violenta a la seguridad pública». Clinton quiere cerrar los centros de detención regentados por empresas privadas.

OBAMA: Los defensores de los inmigrantes han criticado duramente a Obama -el «deportador en jefe«, lo llaman- por deportar a más de 2,5 millones de personas. El año récord fue 2012, con 409.000 deportados. Desde entonces la cifra ha disminuido a 235.413 en 2016.

MENORES Y FAMILIAS

TRUMP: En materia de los inmigrantes traídos ilegalmente al país cuando eran niños y sus padres, ha realizado declaraciones contradictorias. Elogió el fallo de la Corte Suprema en junio que detuvo la segunda ola de medidas ejecutivas de Obama, que él califica de «amnistía ejecutiva». Su campaña dice que derogará todas las medidas ejecutivas de Obama.

Por otro lado, Trump ha dicho que no dividirá a las familias, pero sin explicar cómo se concilian ambas políticas. También apoya eliminar el derecho de ciudadanía para los niños nacidos en Estados Unidos de padres que entraron sin autorización.

CLINTON: Quiere mantener las decisiones ejecutivas de Obama, tanto las que afectan a los menores como las que afectan a sus padres Clinton quiere extenderlas a los inmigrantes que han beneficiado a sus comunidades o enfrentado «violaciones laborales extremas».

OBAMA: La posición de Obama, como las declaraciones recientes de Trump, se basa en la idea de que los recursos limitados de la policía deben enfocarse en los inmigrantes violadores de la ley, no en menores y familias.

Las primeras directivas del presidente han protegido a más de 800.000 inmigrantes jóvenes de la deportación desde 2012. Cuando los republicanos ganaron la mayoría en el Senado en 2014 y se alejaron las perspectivas de una reforma, Obama intentó proteger a 4 millones de padres de ciudadanos o residentes permanentes y darles permisos de trabajo. Las cortes han suspendido la aplicación de estas medidas.

SEGURIDAD FRONTERIZA

TRUMP: Dice que la frontera no está debidamente protegida. Ha llamado a triplicar los efectivos de la Policía de Inmigración y Aduanas, que manejan las deportaciones.

Y desde luego, está el muro. Trump insiste con firmeza en su plan de construir un «verdadero muro» en la frontera con México y obligar a México a pagarlo. Mientras México no pague, Estados Unidos aumentará las tarifas de visas y de cruce de la frontera, «incautará las remesas» de los inmigrantes que se encuentran en situación irregular y posiblemente aumentará las tarifas o reducirá la ayuda exterior.

CLINTON: Llama a asegurar las fronteras, pero asegura que «se hace un buen trabajo». En marzo, dijo que con mayor personal, nuevas cercas y la baja en la inmigración el problema ha disminuido.

Se opone al muro de Trump.

OBAMA: En el año fiscal 2008, antes de que asumiera Obama, Estados Unidos tenía unos 17.000 agentes de la Patrulla Fronteriza, comparado con 9.212 en 2000. El aumento se debió al presidente George W. Bush. Obama incrementó a 20.199 en 2009 y la cifra se mantiene desde entonces. Las detenciones en la frontera han disminuido significativamente en ese lapso.

En tanto, se han gastado miles de millones de dólares de los contribuyentes en cercas y tecnología, otro proyecto iniciado por Bush.