Europa enfrenta su peor crisis migrantes en medio siglo

La llegada de cientos de miles de migrantes representa la peor crisis de este tipo que enfrenta Europa en medio siglo, la cual se ve complicada por la incompetencia del bloque para resolver los nuevos desafíos, cuando no su indiferencia, según admite el propio jefe del bloque.

Las ambiciones exceden las capacidades de los países, no se cumplen las promesas y reina el caos, la obstrucción y la ineptitud.

«Los países se movilizan a paso cansino cuando deberían estar corriendo», sostuvo recientemente el presidente de la Comisión Europea Jean-Claude Juncker ante legisladores.

«Hay que acortar la brecha entre lo que se promete y lo que se pone sobre la mesa», agregó. «De lo contrario, vamos a perder toda credibilidad».

El arribo de más de 700.000 personas este año está exacerbando las tensiones. Muchos países acusan a Alemania, el destino preferido de muchos de los que buscan santuario o trabajo en Europa, por alentar a las masas a que sigan emprendiendo el peligroso recorrido en busca de refugio o de una vida mejor.

Los polémicos alambres de púas que colocó Hungría en sus fronteras, que traen a la memoria un pasado oscuro, empiezan a asomar como una opción razonable en Eslovenia y Austria. Hay policías y militares apostados junto a los guardias regulares en las fronteras de Europa.

La celeridad es fundamental para resolver la crisis. Un clima cada vez más frío es el nuevo enemigo y las naciones se afanan por abrir refugios a lo largo de los miles de kilómetros que recorren los migrantes desde Grecia hasta Austria.

La Unión Europea generalmente destina grandes sumas para resolver sus asuntos, pero esta vez lo hace con cierto recelo. El dinero y las políticas que se han establecido, no obstante, han resultado inadecuados.

Ni las trágicas muertes de migrantes en el mar Egeo, ni las escenas de individuos tembloroso que avanzan entre el barro por los Balcanes, ni el caos y la mugre de los centros para personas que piden asilo, incluso en la misma Alemania, deberían sorprender a nadie. Desde que la muerte de más de 350 migrantes que se ahogaron frente a la costa italiana hace dos años obligó a las autoridades europeas a buscar una respuesta, ha habido mala voluntad y disputas.

En el centro de la crisis está Grecia, adonde han llegado más de medio millón de personas este año, la mayoría de ellas sirios que le huyen al conflicto interno de su país y tratan de arribar a Europa a través de Turquía.

Grecia, que enfrentaba una profunda crisis económica, ha sido desbordada y su gobierno no puede contener el flujo, ni registrar y tomar huellas digitales a los migrantes.

 Cuatro naciones –Austria, Croacia, Eslovenia y Serbia– prometieron crear centros de recepción para 12.000 personas. Cada uno, sin embargo, elige el sitio por su cuenta, sin coordinar con sus vecinos.

Por otro lado, un plan para sacar decenas de miles de refugiados de Grecia e Italia está casi paralizado. Hasta ahora apenas 86 refugiados fueron reubicados en países de la UE. Otro 30 deben ir a Luxemburgo pronto.

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BRUSELAS (AP)