La Honestidad Masacrada

Puede ocurrir una masacre donde la víctima sea la honestidad. Aunque no corra la sangre y los cuerpos no puedan ser tocados, la honestidad puede ser masacrada. Partiré de la definición de la Real Academia Española y apelo también a la connotación que ustedes puedan tener del término al asegurarles que algunos medios, partidos políticos y otros cuantos desde las redes sociales han perpetrado una masacre a la honestidad.

Parto del supuesto que la tienen o la tuvieron porque no se puede asesinar lo que no existe o no existió.

Cómo pueden llamar masacre a lo ocurrido el pasado 11 de julio en Las Jagüitas. Error garrafal y doloroso sí…Duele la tragedia de la familia y las víctimas, pesa el desastre de los oficiales que tendrán que vivir con el peso y el castigo del error de sus vidas. Pero indigna la manipulación mal intencionada de unos pocos calificando de masacre el suceso.

Parten de esa palabra para orquestar y pretender posicionar una opinión de rechazo a la policía y al gobierno, manipulando la tragedia. No les entristece el dolor de la madre que llora, esperan una pausa para azuzar una palabra de odio que sirva a sus propósitos. No les interesa una plegaria que lleve resignación y paz en medio de tanto dolor, les interesa sal en la herida porque, como buitres, se alimentan de lo podrido.

Olvidan cuanto reconocimiento ha recibido esta misma policía. Un verdadero muro de contención al narcotráfico, junto al ejército. Orgullo y no afrenta para Nicaragua.

“La Policía Nacional de Nicaragua desempeña un papel muy activo y eficaz en la lucha contra el narcotráfico…El Gobierno de los Estados Unidos reconoce el gran impacto que ha tenido la Policía Nacional a pesar de su presupuesto y recursos limitados y queremos continuar brindando nuestro apoyo” (Nota de Prensa de la embajada de Estados Unidos en Managua)

Para muestra un botón. Suficiente, por espacio y porque sé que en el espíritu matamama de estos cuantos “si la patria es pequeña…” ellos con vergüenza la sueñan, y apenas levantan la mano para decir que son nicas si la medalla tiene el sello «made in USA».

No hubo masacre en Las Jaguitas. Sí una dolorosa tragedia a partir de un gigantesco  error de la Policía Nacional. No es masacre porque la connotación casi universal que tiene el término se refiere a un asesinato de varias personas indefensas. En Las Jagüitas murieron varias personas indefensas sí, pero nunca el suceso podría ser tipificado como asesinato.

La real academia española deja la definición imprecisa.

“Masacre: (Del fr. massacre).Matanza de personas, por lo general indefensas, producida por ataque armado o causa parecida”

Pero no deja dudas cuando conjuga la palabra.

“Masacrar: (Del fr. massacrer). Cometer una matanza humana o asesinato colectivos”

La condición sine qua non para la masacre es el asesinato agravado por tratarse de varias personas en condición de indefensión frente a la agresión. Y para que un hecho pueda tipificarse como asesinato debe estar precedido por la alevosía, la intención de matar a alguien con un propósito, o lo que las autoridades llamarán móvil del crimen.

“Asesinato: Acción y efecto de asesinar”

“Asesinar: (De asesino). 1. tr. Matar a alguien con premeditación, alevosía, etc.”

El asesinato se origina en la maldad vinculada a un interés particular del criminal, el error resulta de una falla. El primero producirá una masacre por sus agravantes (crueldad, alevosía, etc.) si se trata de varias víctimas; El segundo, por muy  lamentable, trágico y doloroso que resulte, no produciría una masacre por definición y por lógica elemental.

Por ejemplo, usted encontrará  frecuentemente  la  palabra  masacre  en  las  notas periodísticas sobre el  avión  de Germanwings  estrellado  en  los  Alpes  franceses  en  marzo  de  este  año.  Se  trata  de la muerte  de  150 personas  por  la  acción deliberada  del  copiloto  de  estrellar  la  aeronave. Por  otro  lado,  encontrará  las  palabras  grave  error,  lamentable   error,  trágico  error, pero  nunca  masacre,  en  el  caso  del  vuelo de TransAsia Airways  que  cayó  en  Taiwán el pasado  mes  de febrero.  Se  trata  de  un  fatal  accidente  que  se  debió a que los pilotos, tras sufrir una avería en el segundo motor, apagaron por error el primero.

No hubo masacre en Las Jagüitas, sí una dolorosa tragedia a partir de un gigantesco error de la Policía Nacional. Masacre a la honestidad sí es, saber que se miente y sumarse al coro de falacias porque simplemente se acomoda a los intereses políticos de unos cuantos.

Erving Vega