Guatemaltecos reviven el Domingo de Ramos entre palmas

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La Antigua (Guatemala), 25 mar (EFE).- "Ahí viene Jesús", exclaman dos señoras agarradas del brazo. Al fondo, decenas de guatemaltecos de la aldea San Felipe de Jesús, incluidos los doce apóstoles, escoltan a Jesús Nazareno, que entre palmas y rezos ha vuelto a vivir.

Apenas amanece y la gente se va conglomerando a la salida de la iglesia. El atrio está lleno. Los alrededores suenan a bullicio y recogimiento; huelen a atol, café y panitos, y lucen verdes y morados, con los ramitos de palma.

Aura ha venido con toda su familia. Su esposo y sus cinco hijos. Hace años que la procesión en vivo del Domingo de Ramos en la aldea San Felipe de Jesús, la única con burro en la ciudad colonial La Antigua, es una tradición en su casa.

"¿De aquí sale? ¿Cuándo?", le pregunta a Aura uno de sus hijos escondido detrás de un gorro rojo. La devoción y el fervor se continúa viviendo generación tras generación en este pueblo católico.

Desde la década de los 60, cuenta a Efe Luis Humberto Gaitán, se realiza esta procesión, que empezó como una representación teatral y terminó como una romería en vivo de la entrada de Jesús en Jerusalén y de la liturgia de la palabra que evoca la Pasión del Señor en el Evangelio de San Mateo.

"Con el paso del tiempo se fue cambiando. Se acortó el camino, por ejemplo", recuerda este hombre canoso, que vino por primera vez con su padre con 4 años y que cargó su primera anda procesional con 10, allá por 1962.

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Aún lo recuerda como si fuera hoy, parece que el tiempo no ha pasado por su mente. Su idea, y la de estas hermandades de San Felipe de Jesús que han mantenido viva esta usanza con acervo, es continuar: "Queremos no perder esta tradición de hacerlo en vivo. Las instituciones no pasan, pero la gente sí".