Hondureños en alerta por supuesto brote de Kawasaki

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El portavoz del Hospital Escuela Universitario (HEU), Miguel Osorio, declaró que a la fecha no se reportan casos de la enfermedadKawasaki”, por lo que pide a los hondureños mantener la calma.

La enfermedad de Kawasaki es una afección que afecta a la piel, la boca y los ganglios linfáticos y que se da, sobre todo, en niños menores de cinco años de edad.

Se desconoce su causa, pero si sus síntomas se detectan pronto los afectados se pueden recuperar completamente en un plazo de pocos días.

Osorio recordó que en el 2017 se reportaron algunos casos aislados, pero todos los niños que fueron tratados evolucionaron de manera positiva con el medicamento conocido como gammaglobulina.

El portavoz del hospital desmintió que haya una docena de niños hospitalizados con esa patología como ha trascendido en algunos medios de comunicación.

“Hemos hecho alguna consulta en el departamento de vigilancia de la salud del hospital y nos han dicho que estos niños en realidad sí estuvieron enfermos, pero esto ocurrió en el 2017”, apuntó a La Tribuna.

“Este año las cifras de “Kawasaki”, se mantienen en cero, pero al final el Hospital Escuela no baja la guardia ante la posibilidad que pudiese aparecer un nuevo caso de una enfermedad que hasta ahora no es letal”, agregó.

Osorio, detalló que uno de los síntomas de esta enfermedad es que producen fiebre intensa que puede durar hasta dos semanas, erupciones en el abdomen, pecho, genitales, la garganta se irrita y duele, asimismo las palmas de las manos se hinchan.

La enfermedad de Kawasaki no se puede prevenir pero se suele asociar a unos síntomas muy característicos que aparecen en fases. 

En la primera fase, que puede durar hasta dos semanas, suele haber fiebre que dura por lo menos cinco días, intenso enrojecimiento ocular, erupción en el abdomen, el pecho y los genitales.

También labios rojos, secos y agrietados, lengua inflamada y saburral (cubierta de una espesa capa blanquecina), con protuberancias rojas de gran tamaño, garganta irritada y dolorida.

Las palmas de las manos y plantas de los pies inflamadas y de color rojo intenso tirando a morado y ganglios linfáticos hinchados.

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Durante la segunda fase, que suele iniciarse durante las dos semanas inmediatamente posteriores a la aparición de la fiebre, la piel de manos y pies se puede empezar a pelar, pudiéndose desprender importantes porciones de piel. 

Esto puede ocurrir incluso en niños que ya han recibido tratamiento. En esta fase, la enfermedad también puede producir un dolor articular, diarrea, vómitos y dolor abdominal.