Casillas, Navas, Bravo y Moyá, a un paso del foco

Un reciente documental, de título «A 20 pasos de la fama», relata el largo recorrido que deben transitar, literal y metafóricamente, las coristas para acompañar junto al escenario a las superestrellas del rock. Sin su participación, el espectáculo final llegaría con menos empaque; pero generalmente el público olvida pronto la presencia de estas talentosas secundarias, centrado como está en su adoración del artista principal.

Algo similar ocurre con los arqueros del fútbol moderno. Si antiguamente el boca a boca servía para mitificar las actuaciones de los porteros, la actual propensión de imágenes televisivas posibilita que sus mejores atajadas se admiren instantáneamente alrededor del mundo; pero sus gestas perduran menos que bajo relato oral. Sobre todo cuando, a muchos pasos de distancia, astros como Lionel Messi o Cristiano Ronaldo se retan a romper redes sin límite aparente.

La fama es dura de obtener para hombres como Iker Casillas y el costarricense Keylor Navas, quienes disputan la titularidad en el arco del poderoso Real Madrid. También para el chileno Claudio Bravo, quien inició el domingo en el once del Barcelona pero deberá competir con Marc-Andre ter Stegen en cuanto el alemán se recupere de su lesión. Lo mismo para Miguel Moyá y Jan Oblak, los guardametas que el Atlético de Madrid, actual campeón de la liga española, fichó para suplir al emigrado Thibaut Courtois.

Como Madrid y Barcelona, el actual campeón mantiene abierto el debate en el arco. Y la participación de los «coristas» se antoja nuevamente clave en el devenir del campeonato. Tanto o más que los goles que puedan aportar Messi o Cristiano.

Fue Courtois quien sostuvo al Atlético durante grandes tramos del curso pasado. Y el técnico argentino Diego Simeone aún recuerda cómo una gran actuación de Navas, entonces con el Levante, impidió el triunfo rojiblanco por la 36ta fecha. Al final el «Cholo» celebró el título, pero se apuntó también el nombre del costarricense como posible relevo del belga.

Atada su primera victoria con el arco invicto, Bravo desgranó el martes las peculiaridades que separan su nuevo equipo de la Real Sociedad, donde jugó previamente. «El escenario, el tema mediático y el juego de posición es diferente. Tienes que estar muy concentrado porque pasas muchos minutos sin intervenir, pero con Chile también jugamos con la defensa muy adelantada. Por la cabeza de un arquero pasan miles de cosas», dijo recordando su primer sobresalto: no ante la pelota, sino un gato negro surgido de la grada.

El saque largo del chileno también es avalado por Juan Miguel Sanromán, aunque el ex entrenador de porteros del Getafe prefiera el de Moyá, a quien tuteló durante tres campañas. «Bravo tiene más potencia, pero Miguel es el número uno en precisión, con gran lectura del juego, colocación y un sexto sentido. Con 29 años llega a la edad perfecta al Atlético. Su único punto débil es el juego aéreo», analiza el preparador, quien también elogia las cualidades de Navas pero subraya que «deberá luchar contra una leyenda en Madrid».

Acostumbrado a ese intenso foco en su etapa «merengue», Buyo elogia la «fantástica agilidad, grandes reflejos y juego de pies» del costarricense, al que compara «por estilo, a Valdés. El Madrid se ha fijado en él para ser la competencia de Iker y pensando en el futuro. Ha demostrado ser de total garantía y está acostumbrado a la presión», valora el ex cancerbero antes de despedirse con un consejo: «Que sea él mismo, tenga paciencia y disfrute. Lo peor es la ansiedad».

Una recomendación a todas luces válida para el resto de arqueros; así como aquellos artistas acostumbrados a sobrevivir a varios pasos de la fama.

BARCELONA, ESPAÑA (AP)