Bill Murray recibirá el máximo honor a la comedia

A pesar de que hace muchos años pasó de la comedia alocada a los papeles agudos y tragicómicos, Bill Murray nunca dejó de hacer reír a la gente y ahora será reconocido con el máximo galardón a la comedia estadounidense.

El Centro John F. Kennedy Center para las Artes Escénicas anunció este lunes que Murray, de 65 años, recibirá este año el premio Mark Twain al Humor Estadounidense, otorgado a personas cuya influencia en la sociedad sigue la tradición de Samuel Clemens, el autor, satírico y comentador social conocido como Mark Twain.

«Me siento muy agradecido por el premio y por el momento en el que llega», dijo Murray en un comunicado. «Creo que Mark Twain se ha revolcado en su tumba por tanto tiempo que estas noticias no lo perturbarán».

Al igual que galardonados previos con el premio Mark Twain, que incluyen a Tina Fey, Will Ferrell y el agasajado del año pasado, Eddie Murphy, Murray cobró notoriedad por su trabajo en «Saturday Night Live». Se unió al elenco en 1977, como reemplazo del querido Chevy Chase, y superó el escepticismo del público al crear el emblemático personaje de Nick The Lounge Singer, un cantante de bar desentonado.

Su primer papel estelar llegó con la película «Meatballs» (1979), y tuvo un gran éxito al año siguiente con la anárquica comedia de golf «Caddyshack». Murray, un ávido golfista que creció trabajando como caddie, interpretaba a Carl Spackler, un empleado de un campo de golf trastornado que cuenta historias sobre cargar el bolso para palos de golf del Dalai Lama.

Murray se convirtió en uno de los astros de comedia más redituables del país, interpretando a perfectos adorables, inteligentes y pedantes en «Los Cazafantasmas» (1984) y «Groundhog Day» (1993). Sus películas más populares también incluyen «Scrooged», «Cazafantasmas II» y «What About Bob?».

«Desde sus primeros papeles en ‘Saturday Night Live’ hace más de tres décadas, Bill Murray nos ha encantado con actuaciones inolvidables de una variedad ecléctica de personajes que se han quedado grabados en nuestro lenguaje cultural popular», dijo la presidenta del Centro Kennedy, Deborah Rutter.

«Su marca única de humor parece desafiar al tiempo, se mantiene siempre relevante y cercana para los nuevos públicos, de manera muy similar al humorista en cuyo honor se creó este premio».