Bombardeo contra un hospital en Yemen deja 11 muertos

La coalición árabe aliada del poder en Yemen bombardeó el lunes un hospital en el norte rebelde dejando al menos 11 muertos, entre ellos un miembro de Médicos Sin Fronteras (MSF), apenas dos días después de que otro de sus ataques matara a diez niños, anunció la oenegé.

La explosión, que «destruyó parcialmente» el hospital, mató en el momento a nueve personas, entre ellas un miembro del personal de MSF, y otros dos pacientes murieron durante su traslado a otro hospital, precisó la organización en un comunicado. Otras 19 personas resultaron heridas.

Previamente, un responsable de la rebelión había ofrecido un primer balance de seis personas muertas y 20 heridas por el bombardeo.

La organización humanitaria, cuyo equipo trabaja desde 2015 en el hospital público de la ciudad de Abs, en la provincia de Hajja, indicó que todos los pacientes y personal médico habían sido evacuados.

MSF recordó que los beligerantes conocían perfectamente la localización del hospital: se trata del «cuarto ataque» contra un sitio de MSF «en menos de 12 meses», condenó Teresa Sancristóval, responsable de la oenegé para las operaciones de emergencia en Yemen.

En su comunicado, la organización pide a los beligerantes, «en particular a la coalición dirigida por Arabia Saudí» que se comprometa a terminar con este tipo de ataques.

Los bombardeos el sábado y el lunes se produjeron en el norte del país, en zonas controladas por los rebeldes hutíes que, aliados con soldados fieles al expresidente Alí Abdalá Saleh, se disputan el poder con el presidente Abd Rabo Mansur Hadi desde 2014.

Los habitantes de Abs también confirmaron que aviones de la coalición llevaban bombardeando objetivos militares de los rebeldes en la ciudad varios días y habían atacado el hospital dejando víctimas.

Investigación

Amnistía Internacional lamentó estos bombardeos contra el hospital «que dejaron víctimas entre los civiles y el personal médico». «Disparar intencionalmente contra instalaciones médicas supone una serie violación del Derecho humanitario que podría constituir un crimen de guerra», subrayó, reclamando una investigación.

Abs es una localidad contigua a Harad, ciudad situada en la frontera con Arabia Saudí, y desde allí los rebeldes han atacado repetidamente al reino saudita, dejando víctimas militares y civiles.

Harad también ha vivido intensos combates y es bombardeada con frecuencia por la coalición.

Fuentes militares progubernamentales indicaron que vehículos militares habían trasladado desde Harad heridos rebeldes al hospital de Abs, dando a entender que los bombardeos se había dirigido contra el centro médico por ese motivo.

Los ataques llegaban menos de 48 horas después de que MSF acusara a la coalición de matar 10 niños al bombardear una escuela coránica en Saada, otra provincia rebelde del norte yemení.

La coalición negó haber atacado una escuela y adujo que se trataba de un campo de entrenamiento de rebeldes, donde había reclutas menores de edad.

El lunes, no obstante, y tras un llamamiento del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, en este sentido, la coalición anunció que llevará a cabo una investigación, señalando que será «independiente y conforme a las normas internacionales».

Autorización de vuelos humanitarios 

La coalición y Arabia Saudí son regularmente acusadas de «abusos» contra civiles y especialmente contra niños.

El 4 de agosto, Riad admitió «violaciones» del derecho humanitario en dos bombardeos en 2015: uno contra un complejo residencial en la ciudad portuaria de Moja (65 muertos, según la ONG Human Rights Watch, HRW) y el otro, contra un hospital gestionado por MSF en el norte del país. La coalición acusaba a los rebeldes chiitas hutíes de esconderse en esos lugares.

Los bombardeos aéreos y los combates se reanudaron el martes en Yemen, tres días después del fracaso de las conversaciones de paz en Kuwait entre los rebeldes chiitas, respaldados por Irán, y el poder, debido a sus posturas irreconciliables.

El lunes, la coalición árabe anunció que autorizaba nuevamente los vuelos humanitarios en el aeropuerto internacional de la capital, Saná, que había sido cerrado a los vuelos civiles tras la reanudación de los bombardeos.

Originarios del norte de Yemen, los hutíes se levantaron contra el poder de Hadi en 2014, tomando el control en amplias zonas del país, incluida la capital.

La coalición árabe los bombardea y combate en tierra, para evitar que prosigan su avance, desde marzo de 2015.

La guerra en Yemen ha dejado desde esa fecha más de 6.400 muertos y 30.000 heridos.