Estudio revela la relación entre la falta de sueño y riesgo de enfermedades

Estudio revela la relación entre la falta de sueño y riesgo de enfermedades
Foto: Estudio revela la relación entre la falta de sueño y riesgo de enfermedades / Getty

El obtener una buena noche de descanso, durante el sueño se hace más difícil a medida que envejecemos, para este suceso existe una base biológica, aunque en la actualidad siendo poco conocida. Un estudio explicó por qué se vuelve más difícil conciliar el sueño durante crecemos.

Un equipo de científicos estadounidenses ha identificado como el circuito del cerebro está directamente ligado para regular el sueño. El estudio realizado en ratones muestra como se degrada con el tiempo esta parte del cerebro, lo que, dicen, abre el camino para mejores medicinas en humanos.

«Más de la mitad de las personas de 65 años o más se quejan de la calidad del sueño»;  Luis de Lecea, profesor en la Universidad de Stanford y coautor de un estudio sobre el descubrimiento publicado en la revista Science.

El sueño se hace más difícil con la edad

 Estudio revela la relación entre la falta de sueño y riesgo de enfermedades
Foto: Estudio revela la relación entre la falta de sueño y riesgo de enfermedades / Getty

Las investigaciones han demostrado que la falta de sueño está relacionada con un mayor riesgo de sufrir múltiples problemas de salud, desde hipertensión hasta ataques cardíacos, diabetes, depresión y una acumulación de placas cerebrales vinculadas con el alzhéimer.

El insomnio es frecuentemente tratado con un tipo de drogas conocidas como hipnóticos, incluido el zolpidem, pero estos no funcionan muy bien en la población anciana.

Para el nuevo estudio, Lecea y sus colegas decidieron investigar las hipocretinas, químicos cerebrales clave que son generados solo por un pequeño grupo de neuronas en el hipotálamo; una región del cerebro ubicada entre los ojos y las orejas. Sólo 50 mil 000 neuronas de miles de millones son capaces de producir hipocretinas.

Dentro del estudio realizado tomaron en cuenta la existente hipótesis del sueño fragmentado por lo general en mamíferos. El equipo utilizó ratones jóvenes; de entre tres a cinco meses, y viejos, de entre 18 y 22 meses, y usó luz transportada por fibras para estimular neuronas específicas.

Determinaron que los ratones más viejos habían perdido alrededor del 38% de las hipocretinas, en comparación con las más jóvenes. Las que aún quedaban en los ratones viejos eran más estimulables y detonables, por lo que los animales eran más propensos a despertarse.

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