¡Olvídate de esos kilos de más! Estas son las mejores dietas para enero

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¿Cuál es la mejor dieta para empezar el 2020 con buen pie? Es una de las primeras dudas que nos surgen a principios de año tras decidir que queremos adoptar un estilo de vida más saludable

El año nuevo suele venir cargado de buenos propósitos para perder esos kilos de más que las celebraciones navideñas nos han dejado. 

La dieta de enero tiene que ser saludable y para conseguir este último objetivo es muy importante no caer en la trampa de las dietas milagro.

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Estas prometen una rápida pérdida de peso en poco tiempo y con poco esfuerzo; no están basadas en evidencias científicas; eliminan grupos de nutrientes; prohíben combinarlos de determinadas maneras o, incluso, se centran en un único alimento. Todas ellas son dietas desequilibradas, peligrosas para la salud y con efecto rebote, es decir, en las que el peso perdido se recupera e incluso se incrementa tras abandonar la dieta.

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Dieta variada

La Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que una alimentación sana debe contener frutas, verduras, frutos secos y cereales integrales. De hecho, es necesario consumir al menos 400 gramos (cinco porciones) de frutas y hortalizas al día, exceptuando las patatas, batatas, mandioca y otros tubérculos feculentos.

La mejor dieta para enero es adoptar unos hábitos alimentarios saludables y, lo más importante, mantenerlos en el tiempo.

Reducir azúcares

El consumo total de azúcares libres debería ser inferior al 10% de la ingesta total de calorías, aunque lo ideal sería que no superará el 5%. Esta cantidad incluye los azúcares que los fabricantes o cocineros añaden a los alimentos y aquellos que están presentes de forma natural en productos como la miel o los zumos de frutas.

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Eliminar el consumo de grasas 

La OMS señala que las grasas deberían representar menos del 30 % de las calorías que consumimos al día y puntualiza que las no saturadas (presentes en pescados, aguacates, frutos secos y en los aceites de oliva, girasol, soja o canola) son preferibles a las saturadas (que se encuentran en alimentos como la carne grasa, la mantequilla, la nata, el queso, la manteca de cerdo o los aceites de coco y palma).

La causa fundamental del sobrepeso y de la obesidad es un desequilibrio entre las calorías consumidas y las gastadas. De esta manera, cuando ingerimos más calorías de las que gastamos, engordamos. Por el contrario, si le aportamos al organismo menos calorías de las que gasta, adelgazamos.