Mitos sobre lo que le sucede a tu intestino cuando tienes sexo anal

causas del sexo anal

El sexo y las prácticas que los seres humanos desarrollamos en torno a él, que poco a poco somos más abiertos en expresar o solicitar con las personas que acompañan nuestra cama, sí, en efecto cada día rompen más con el establishment de nuestra intimidad heteronormada y casi cristiana, pero eso no quita que existan aún prejuicios o faltas de información sobre esta práctica.

Eso y que, no conformes con lo que hacemos o no en nuestra propia habitación, con nuestros genitales y demás partes del cuerpo, haya todavía pensamientos arcaicos sobre el deseo humano que quiebren la libertad de los demás. Allí, especialmente, se encuentra todo lo relacionado con el ano. Que si es sucio, que si no es una forma natural de tener sexo, que eso sólo lo aceptan mujeres “fáciles”, que los hombres que lo practican son unos depravados, que aquellos que lo reciben son gays, etcétera.

Entonces, para que dejemos de estar pensando cosas absurdas, aclaremos algunas dudas. Sobre todo aquellas que tienen un sentido fisiológico y hacen que supongamos de más al escuchar las palabras: sexo anal.

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Se debe tener una buena higiene, eso es claro, pero independientemente de todo, estamos hablando de un recto. Habrá una ligera suciedad sin variación alguna. Basta con ser cuidadosos y comprensivos al respecto.

El recto cuenta con su propia mucosa, pero no con la cantidad suficiente como para lidiar por sí sólo con una penetración.

Es necesario utilizar un lubricante de agua para insertar un pene o un juguete sexual sin dolor o dificultad alguna.

Se ha dicho por años que el sexo anal daña al intestino grueso y que, incluso, puede causar cáncer colorrectal. Pero es mentira. No hay evidencia de ello, así que algo de semen o lubricante de agua en el recto no representa ningún riesgo.

La penetración anal no causa insuficiencia renal. Las pequeñas fisuras que se pueden dar en tu ano durante una penetración no causan ni roturas insalvables ni hemorroides.