OJO: Verdades y mitos sobre vacunas que debes conocer

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Durante décadas, las vacunas se han considerado un verdadero milagro. Y es que realmente su aparición significó un avance a nivel médico para la salud de todos. Sin embargo, en este último tiempo han surgido severas críticas al uso de las vacunas, que generaron sospecha por parte de algunos pacientes e incluso de numerosos profesionales.

Para disipar algunas dudas, hoy te contamos algunos mitos sobre las vacunas que debes conocer y otras verdades también importantes a tener en cuenta.

Las vacunas no son necesarias si la enfermedad se ha erradicado

Esto es un mito. Según la Organización Mundial de la Salud, la única enfermedad que se ha erradicado a nivel mundial es la viruela. Todavía se observan casos de afecciones tales como las paperas, el sarampión o la difteria. Es por eso que, si las personas del entorno en el que te encuentras tienen alguna de estas enfermedades, sí resulta necesario que te hayas vacunado, ya que la fórmula que contienen está diseñada para proteger al que no se ha contagiado aún.

Las vacunas son una garantía

No son pocas las personas que consideran que el mero hecho de estar vacunadas equivale a estar 100 % protegidas. Pero esto es inexacto. Por ejemplo, si te vacunas contra la gripe, aún tienes posibilidades de contagiarte, aunque, si lo haces, la enfermedad no será tan severa.

Algunas vacunas contienen mercurio

Cierto. El timerosal es uno de los componentes que suele utilizarse en las fórmulas de las vacunas con el fin de evitar la contaminación vía bacterias. Esta sustancia posee un 50 % de mercurio y, de acuerdo con el Centro de Control de la Enfermedad y Prevención de los Estados Unidos, la mayoría de las dosis que se inyectan para prevenir la gripe contienen este compuesto en su fórmula.

 

Desde el año 2001, ya no se incluye en las vacunas destinadas a niños menores de 6 años y también pueden encontrarse en el mercado vacunas para adultos libres de timerosal.

La vacuna del HPV es solo para niñas

¡Falso! Existen dos tipos de vacunas que previenen el virus de papiloma humano: Cervarix (recomendada para niñas y mujeres de entre 10 y 25 años) y otra llamada Gardasil (para niñas y mujeres de entre 9 y 26). Esta última también puede brindarse a niños y hombres del mismo rango etáreo, para protegerlos de contraer la enfermedad.

Las vacunas pueden provocar efectos secundarios

Esto es un hecho. No existe sustancia que se introduzca en el organismo de manera artificial y brinde un 100 % de garantías en este sentido. Los efectos secundarios más comunes de las vacunas son jaquecas, dolor abdominal, dolor de garganta, diarrea y fiebre. Algunas personas también pueden padecer sangrado en la orina, neumonía y convulsiones luego de la inyección, pero el riesgo de que esto suceda depende sobre todo del tipo de vacuna que se administre.

Si todos en tu entorno están vacunados, no tienes que vacunarte

Este es un mito muy común. A decir verdad, aquellos adultos o niños que no se vacunan, por ejemplo, por razones religiosas, suelen asistir a los mismos jardines, escuelas y facultades, lo que aumenta las probabilidades de contagio.

Por otra parte, no debemos olvidar que algunas personas no pueden recibir ciertas vacunas por cuestiones de salud o de edad.

Las mujeres embarazadas no deberían vacunarse

En parte es cierto. De acuerdo con la Academia Americana de Doctores de Familia, las mujeres embarazadas no deberían recibir vacunas de varicela ni la tripe viral, ya que puede comprometerse el sistema inmune de la mujer y volverse más susceptible a infecciones. Algunos profesionales de la salud afirman que la vacuna de la gripe sería segura.

La inmunidad natural es mejor

Sin lugar a dudas. Los expertos concuerdan en que las infecciones son mucho más efectivas a la hora de generar una inmunidad a largo plazo. Esto no quiere decir que debamos buscar la enfermedad para hacernos más inmunes, ya que ciertas enfermedades graves pueden generan complicaciones severas, como problemas cerebrales o incluso aumentar el riesgo de muerte. Lo mejor, en todo caso, es contar con un sistema inmunológico fuerte que pueda defendernos de manera natural de cualquier afección.

Gracias a su aparición, las vacunas han salvado miles de vidas, pero, con el paso del tiempo y el crecimiento de la industria farmacéutica, ha salido a la luz más de un mito en torno a ellas. Como todo lo que refiere al ámbito de la salud, lo más importante será siempre tomar decisiones informadas, tanto para cuidar nuestra salud como la de los más pequeños.