¡OJO! Síntomas de la bacteria come carne pueden confundirse con los de gripe

Acaba de conocerse el caso de una mujer de Arizona, a la que le diagnosticaron erróneamente una gripe, cuando en realidad lo que padecía era una infección provocada por la llamada bacteria comercane. La mujer acudió a un centro hospitalario con síntomas que, en principio, no parecían excesivamente anormales: fiebre, dolor de cabeza, náuseas ocasionales, y un pequeño dolor en el costado. Los médicos le recetaron antibióticos y la enviaron a su casa.

Pero, lejos de mejorar, la situación de la paciente fue empeorando y, a los pocos días, aparecieron en su cuerpo varias úlceras sangrantes, lo que motivó que regresara al hospital. Fue entonces cuando le diagnosticaron que realmente padecía una fascitis necrotizante. Se trata de es una infección aguda que se extiende por el tejido celular subcutáneo, produciendo una rápida necrosis. La fascitis necrotizante puede afectar a cualquier parte del cuerpo, pero es más frecuente en extremidades, especialmente en las piernas.

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Aunque comúnmente se hable de bacteria come carne, realmente habría que hablar de bacterias, ya que esta grave afección puede ser causada por varios microorganismos, entre ellos los estreptococos del grupo A, la Clostridium, la Escherichia coli, el Staphylococcus aureus y la Aeromonas hydrophila.

En algunos casos, los síntomas provocados por esta infección pueden confundirse inicialmente con los de la gripe, lo que dificulta el correcto diagnóstico. Esto es muy grave, ya que la detección temprana puede reducir más de un 50% el riesgo de muerte por esta causa. En el caso de la mujer de Arizona, su vida ya no corre peligro, aunque necesitó una intervención para extirparle el 30% del tejido infectado.

En contexto 

Por otro lado, investigadores de la Universidad lusa de Coimbra acaban de hacer pública una investigación en la que concluyen que la cafeína ayuda a bajar la inflamación de la retina en caso de isquemia.

De esta manera, el consumo de dos o tres cafés al día resulta una práctica saludable para proteger las células de la retina.