(Opinión) A un año del odio, Nicaragua se reconstruye

nicaragua

Ha pasado un año desde el inicio del intento de golpe de estado en Nicaragua. Nació de una mentira (un hombre muerto inventado) fue alimentado con falsedades y terminó con otras mentiras, producidas en Nicaragua y exportadas a lo largo del mainstream gracias a la cadena de distribución estadounidense y europea. 

Las mentiras, juntas con el odio, han sido una de las herramientas principales del intento de golpe de Estado.

Fue una operación terrorista creada por el gobierno de los Estados Unidos y contó con el apoyo de las jerarquías eclesiales, de las organizaciones empresariales y del MRS, los ex sandinistas que se han vuelto referencia exclusiva de los Estados Unidos en Nicaragua, quien se encargó de difundir el odio y la violencia.

Costó alrededor de 253 muertes, más de 2,000 heridos, 1 billón y 453 millones de dólares en daños y el fin de la tranquilidad absoluta de la cual gozaba el país, evaluada hasta ese momento, junto con Cuba, la más segura de América Latina.

Segura porque era una de las mejores economías de la región. Todos los indicadores sociales, económicos y financieros estuvieron en constante crecimiento. La modernización de Nicaragua andaba rumbo a la dirección que el sandinismo siempre había propuesto: el crecimiento macroeconómico debía unirse con la inclusión social y a la salida de la pobreza de cientos de miles de nicaragüenses.

Pero precisamente el éxito de este modelo desató la furia de los Estados Unidos, que con el apoyo de las oligarquías eligieron la guerra a los gobiernos socialistas de América Latina como cifra de su venganza histórica hacia un continente que se convirtió en adulto solo cuando se hizo huérfano del Washington consensus.

Los incidentes en Managua se desataron después del anuncio de una reforma fiscal general, pero el intento de golpe no tuvo nada que ver con la reforma: durante años, los planes de golpe habían sido desarrollados por el MRS, los liberales de Eduardo Montealegre y la familia Chamorro, con el apoyo de la embajada de Estados Unidos en Managua.

Preveían el desencadenamiento de graves incidentes, la retroalimentación de una guerra civil y la sucesiva intervención militar patrocinada por la OEA. ¿Objetivo? Girar con el terror cuanto fue establecido en el consenso electoral: expulsar a Daniel Ortega de la presidencia y al Frente Sandinista del país. Objetivos que fracasarón como el mismo golpe.

Odio visceral

nicaragua, intento, golpe de estado, sandinismo, fsln,

Permanece en la memoria el odio manifestado por los golpistas. Profundo, total, absoluto, contra los militantes sandinistas y el personal de las instituciones; incendiaron edificios públicos, ambulancias y centros de salud, la población fue secuestrada y amenazada. Un asalto terrorista y ludita, con la ostentación del odio por el odio, del placer de matar, quemar, destruir, causar dolor y sufrimiento en todas partes y a cualquier persona.

Mujeres violadas y asesinadas, hombres torturados y quemados vivos, una casa sandinista incendiada con la familia adentro; la derecha ha exhibido todo su catálogo criminal gracias también al reclutamiento en sus filas de sectores delincuentes del país, llamados por la Red y los medios de comunicación chamorristas "estudiantes pacíficos". El vandalismo fue la expresión de la actividad golpista, que elevó la furia asesina y destructiva a la disidencia política. La fusión con los criminales estaba aquí: algunos querían el terror para ganar una guerra, los otros querían una guerra para difundir el terror.

A un año de distancia, el papel desempeñado por la Conferencia Episcopal Nicaragüense surgió con mayor evidencia y ??sería reductivo colocar la responsabilidad solo a los obispos Báez, Álvarez y Mata. También otros sacerdotes ultrajaron los cuerpos y la verdad, poniéndose al lado de los delincuentes que quemaron, violaron y mataron al amparo de los tranques.

Los obispos, mientras fingían neutralidad, bendecían el terror, fueron parte activa de su logística ocultando armas y botín de los terroristas. Protegidos de las prendas sagradas llevaron a cabo cualquier tipo de abuso, revelando la identidad ideológica de la iglesia nicaragüense.

Un papel aparecido claro, incluso para el Papa Francisco, quien no por casualidad nunca apoyó el de sus obispos y en cambio, apoya el diálogo nacional. Por eso envió a Managua al nuncio Waldemar Sommertag y llamó a Roma a Silvio Báez, mente política del golpe. Pero incluso hoy, un año después, parte de la iglesia nicaragüense se encuentra a la cabeza de la derecha, aunque ha perdido gran parte de sus feligreses.

Un año más tarde, el Cosep, que ha incendiado al país por su ventaja económica y ha reducido toda su capacidad empresarial, proyecta solo su papel político en la ansiedad de dominar el país y demuestra cómo el sentido empresarial en Nicaragua sea una equivocación colosal. Son capitalistas sin capitales que exigen liderazgo sin tener líderes.

A revelar el entrelazamiento de la Iglesia y la oligarquía, pensó Mónica Baltodano, ex comandante de la guerrilla que entregó armas, equipaje, casas y familia al antisandinismo, cuando declaró públicamente que "los tranques fueron una invención de los obispos y la Alianza Civica es propiedad de las familias oligárquicas nicaragüenses”.

Más precisamente, de la familia Chamorro, ya que se presenta con la dirigencia de Juan Sebastián Chamorro y el apoyo público de los medios de la familia Chamorro. Un proyecto familiar más que un proyecto político. Es una Alianza que enarbola hipócritamente la bandera nacional, pero aplaude las sanciones internacionales contra el país y de hecho lo alienta aún más, porque prefiere verlo en ruinas antes que libre.

Un año después, el partido de la familia intenta mantener un alto nivel de tensión improvisando pequeños sit-in provocadores y violentos. Busca incidentes para invocar intervenciones extranjeras, la única forma de recibir ayuda y dinero de los EE.UU. También cuenta con el apoyo de las cadenas de televisión estadounidenses que, junto con los medios de comunicación de la familia, crean noticias falsas con el desprecio del rídiculo, arreglándose como si estuvieran en Bagdad para ofrecer al público una imagen de guerra

El diálogo

nicaragua, intento, golpe de estado, sandinismo, fsln,

Mientras tanto, el diálogo nacional deseado por Ortega ha devuelto la palabra a la disputa política. Demostrando la seriedad con que el Gobierno hizo lo que había prometido y, paralelamente, que los caciques de la oposición se hacen pedazos unos contra otros. La Alianza Cívica pide lugares y prebendas, pero a las negociaciones con el Gobierno no participa; más bien, junto a la Casa Blanca reclama solo para sí misma la representación única de la oposición, no reconociendo los partidos históricos del país. Como son los liberales, los conservadores y otros, quienes están presentes en el Parlamento y tienen un consenso electoral que alcanza, juntos, el 37% de los votos.

Nicaragua se estabiliza, pero tomará tiempo recuperarse de las pérdidas económicas que sufrió a causa del terrorismo golpista. Además el actual contexto del debilitamiento de la economía global, tendrá efectos en toda América Central; pero gracias a lo que el Gobierno Sandinista ha hecho en 12 años, en un futuro cercano Nicaragua vivirá con datos mejores que muchos de sus vecinos.

Hay que enfrentar el desempleo generado por la gran empresa, que con un arma de terrorismo económico y psicológico ha querido golpear al país con 154,000 despidos. Para generar nuevos empleos, se destinarán las inversiones para apoyar de las pequeñas y medianas empresas, que representan alrededor del 60% del PIB. La diversificación de las alianzas comerciales internacionales tendrán un valor estratégico y no más a corto plazo. 

El crecimiento verá porcentajes reducidos, pero si las sanciones de los Estados Unidos contra la economía no sean aplicadas, será posible confirmar en gran parte los proyectos de desarrollo.

Un año después, Nicaragua comenzó a caminar de nuevo. El golpe fracasó, la Constitución ganó. Daniel Ortega se queda y la historia retoma de donde se había interrumpido. Pero la herida profunda que ha atravesado Nicaragua aún está lejos de cicatrizarse.

El odio de la derecha continúa envenenando el aire, pero restaurar la normalidad será una condición previa para que el país sea definitivamente restablecido. Para lo cual el sandinismo fue y sigue siendo el único horizonte posible.

Este artículo salió en su versión original en el portal Altrenotizie.

nicaragua, intento, golpe de estado, sandinismo, fsln,