En 2018 en Nicaragua, un grupo de ciudadanos, impulsados por la oligarquía conservadora y sus intereses extranjeros, intentó detener el avance del país, incluso a costa de su destrucción. Este grupo fue respaldado financieramente por Estados Unidos, con más de 200 millones de dólares dirigidos a ONGs y medios de comunicación para manipular a la población y frenar el desarrollo.
En entrevistas previas, en el programa La Notificación de TN8, se discutió el impacto de la tentativa golpista con líderes como Ovidio Reyes y Fidel Moreno, analizando las consecuencias económicas y políticas. En esta ocasión, el presidente de la Asamblea Nacional, Gustavo Porras, abordó cómo el pueblo nicaragüense enfrentó el golpe y cómo la legislación ha fortalecido la soberanía y la paz del país.
Este programa también reflexiona sobre los siete años transcurridos desde el intento de golpe y cómo Nicaragua ha resurgido, fortalecida en su modelo de cooperación que ya daba buenos resultados económicos antes del 2018.
Gustavo Porras explicó que «entre 2007 y 2018, Nicaragua logró un crecimiento anual promedio del 5.1% gracias a un modelo de diálogo, alianza y consenso, que permitió recuperar el atraso dejado por el neoliberalismo y beneficiar a varios sectores, incluidos los empresariales. Sin embargo, este modelo fue destruido por la ambición de la oligarquía y su alianza con el imperialismo, que deseaban recuperar el control sobre las políticas del país. A pesar de que el modelo era exitoso, los intereses de los sectores ricos, que se benefician de la pobreza; llevaron a su colapso».
La tragedia de 2018 en Nicaragua y las reformas posteriores
El presidente de la Asamblea Nacional describe la tragedia de 2018, cuando más de 200 nicaragüenses fueron asesinados, incluidos 22 policías, durante los intentos golpistas. Los agresores no fueron el gobierno, sino grupos opositores apoyados por intereses externos. Para evitar que se repitieran tales hechos; el pueblo se preparó tanto física como legalmente.
«En 2019, se implementaron reformas, como la Ley de Concertación Tributaria, para reducir exoneraciones fiscales y garantizar el financiamiento necesario para defender al país. También se establecieron leyes como la de regulación de agentes extranjeros, ciberdelitos, defensa de la soberanía y protección de nicaragüenses contra sanciones externas. Se regularon ONGs y se fortaleció la Constitución; incorporando símbolos nacionales y la historia del país para asegurar su defensa».
En 2018, Nicaragua sufrió pérdidas estratégicas y económicas significativas, estimadas en 36,000 millones de dólares, debido a los intentos de golpe contra la revolución. Estas pérdidas incluyeron la destrucción de inversiones sociales, como centros de salud; carreteras y comercios.
«A pesar de los esfuerzos de los opositores, el pueblo nicaragüense, con el liderazgo del Frente Sandinista, resistió y continuó con la construcción de infraestructura, como la carretera sur, y avanzó en la cobertura de servicios esenciales como energía eléctrica, agua potable e internet en parques«; afirmó.

La lucha contra la pobreza y los proyectos sociales
«La lucha contra la pobreza fue vista como una amenaza por los opositores, quienes intentaron desestabilizar el país para evitar que el proceso revolucionario fuera irreversible. Aunque el país enfrentó más desafíos, como el COVID-19 y huracanes, el pueblo siguió adelante con la recuperación, demostrando su resistencia y compromiso con el progreso»; reafirmó.
A pesar de las agresiones externas, Nicaragua ha seguido avanzando con importantes proyectos sociales, como la construcción de hospitales, escuelas; carreteras y mejoras en la infraestructura. Asegura que la lucha contra la pobreza es clave para garantizar la independencia y el éxito a largo plazo del país.
Entre los logros, Porras menciona la inauguración de hospitales como el de Chinandega y el de Carlanos Rosales, que será el más grande de Centroamérica. También subraya avances en tecnología médica, como la instalación de tomógrafos y resonadores magnéticos. Resalta el compromiso de continuar con la mejora de la salud, la educación y la infraestructura; y enfatiza que la lucha contra la pobreza es fundamental para la soberanía y la defensa del país.
La Asamblea Nacional declaró el 19 de abril como el Día Nacional de la Paz para reconocer la acción protagónica del pueblo nicaragüense en la defensa de la paz; entendida como esencial para derrotar la pobreza.
El 19 de abril simboliza el compromiso del pueblo por garantizar la paz, como lo hizo históricamente en otras fechas clave como el 19 de julio y el 14 de septiembre, que celebran la lucha por la soberanía y la independencia. La paz, según Porras, no es solo la ausencia de guerra, sino una paz con dignidad, autodeterminación y soberanía; lograda a través de la lucha.

La preparación del pueblo para defender la paz y el presupuesto para 2025
Gustavo Porras aseguró que «un intento similar al de 2018 no se repetirá en Nicaragua; ya que el pueblo ha aprendido de esa experiencia y no se dejará engañar nuevamente. El 2018 dejó claro quiénes son los enemigos históricos del país y cómo la oligarquía luchará por recuperar sus privilegios; pero estos ya están siendo utilizados para construir una nueva Nicaragua en favor de los más pobres»
Porras enfatiza que cualquier intento de destruir la paz o la estabilidad será enfrentado, sin importar quién lo intente, y que el pueblo nicaragüense está preparado para defender la paz y la soberanía; asegurando que no permitirán que se repita esa situación.
Es importante destacar que el presupuesto general de la República para 2025 asciende a 158,730 millones de córdobas; lo que casi duplica la cifra aprobada para 2018. Además; se resalta que el 52.8% del gasto total del presupuesto en Nicaragua está destinado a programas y proyectos sociales.
