En la Universidad Católica Redemptoris Mater (UNICA) se llevó a cabo el sepelio del primer Cardenal de Centroamérica y de Nicaragua, monseñor Miguel Obando y Bravo, a quien se le reconoce como un hombre de amor, de alegría, y lleno de fe.
Familiares, amigos, sacerdotes, exfuncionarios y el sucesor en la arquidiócesis de Managua, entre otros asisitieron para despedir al "Prócer de la Paz y la Reconciliación".
"Con la firme esperanza de que el cardenal Miguel Obando y Bravo resucitará en los últimos días, Dios de la misericordia acoge las oraciones por su eterno descanso y ábrele las puertas de su corazón y consuelo a sus seres queridos con palabras de fe", dijo el obispo de la Diócesis de León, monseñor Bosco Vivas, luego de bendecir el sepulcro donde descansan los restos mortales del Cardenal.
Cardenal Miguel Obando, ejemplo de paz y reconciliación en Nicaragua
Cumpliendo su última voluntad de ser enterrado en la UNICA, los nicaragüenses despidieron al tercer Arzobispo de Managua, cuyo ejemplo de humildad y amor por su patria es motivo de orgullo nacional.
Ante el lamentable fallecimiento, se decretó tres días de luto nacional como parte del tributo al primer Cardenal de Centroamérica, quien deja también un legado de vocación de diálogo, como una herramienta clave de solución a las dificultades que se atraviesa en el campo político, económico y social.
Su legado histórico es imperecedero, como un trabajador de la paz y la justicia. En vida se declaró “Prócer de la Paz y la Reconciliación” de Nicaragua por la Asamblea Nacional en el 2016.
El cardenal emérito nicaragüense se desempeñó como presidente la Comisión de Verificación, Reconciliación, Paz y Justicia del Gobierno sandinista y se condecoró hace seis años por el Presidente de la República, Daniel Ortega, con la orden de la Independencia Cultural Rubén Darío.
El cardenal Obando y Bravo es recordado como un gran guía espiritual, enarbolando la fe a su máxima expresión para el pueblo católico.
