Ocho muertos en enfrentamientos en Pakistán

Ocho personas, entre ellas cuatro agentes de seguridad, murieron en tres incidentes separados en el suroeste de Pakistán y en Karachi, indicaron el martes fuentes oficiales.

El primer ataque tuvo lugar el lunes cuando un grupo de combatientes tendió una emboscada a un convoy del Frontier Corps, un cuerpo policial pakistaní, en el distrito de Panjgoor, en Baluchistán, en el que murieron tres agentes, incluyendo un teniente coronel. También hubo tres heridos.

Aunque el ataque no fue reivindicado, un responsable de seguridad dijo que probablemente fue llevado a cabo por separatistas de Baluchistán.

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En otro incidente, la policía de Karachi, en sur del país, mató a cuatro presuntos talibanes durante un tiroteo. "Matamos a cuatro combatientes, incluyendo a Maulvi Fazlullah, primo del jefe del Tehreek-i-Taliban Pakistan (TTP), durante un tiroteo", dijo a la AFP Rao Anwar Ahmed, un alto responsable de la policía en Karachi.

El tercer incidente tuvo lugar el sábado en Karachi, donde un grupo de presuntos combatientes mató a un policía e hirió a otro cuando iban a detenerles a su casa. Dos personas —un niño de diez años y un guardia de seguridad– murieron en el ataque.

Desde hace décadas Pakistán se enfrenta a varios grupos insurgentes de tipo islamista, étnico y político aunque la violencia ha disminuido en los últimos años gracias a las operaciones militares en todo el país.

 

En contexto

Una civil muerta al estallar una mina en el centro de la ciudad de Bengazi

Al menos una mujer murió y su marido resultó herido al estallar una mina colocada en una calle del centro de la ciudad de Bengazi, escenario de cruentos combates desde mayo de 2014, informaron a Efe fuentes médicas.

Según un responsable del hospital de "Al Yalaa", la civil pereció cuando paseaba junto a su esposo por una zona bajo control de las fuerzas dirigidas por el mariscal Jalifa Hafter, hombre fuerte del este del país.

Otros tres civiles resultaron heridos en una explosión similar ocurrido horas antes en el barrio de Al Sabri, escenarios de los combates más duros entre las fuerzas islamistas que controlaban la ciudad y las fuerzas de Hafter, que levantaron un cerco en mayo de 2014.

El mariscal, un antiguo miembro de la cúpula militar que encumbró a Muamar Gadafi y que años después, reclutado por la CIA, devino en su principal opositor desde el exilio en Virginia, declaró la ciudad liberada el pasado junio.

Según la Misión de Naciones Unidas en Libia (UNSMIL), un total de 21 civiles murierondurante el mes de agosto en Libia a causa de la guerra, tanto en combates como por explosión de artefactos o minas, cuatro de ellos en Bengazi.

Seis años después de la OTAN contribuyera a la caída de Al Gadafi, Libia es un estado fallido, víctima del caos y la guerra civil, en el que dos gobiernos se disputan el poder, uno en el oeste sostenido por la ONU y otro en Tobruk (este) bajo liderazgo de Hafter.