PlayStation, sentido del espectáculo en E3 2018

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En tiempos de filtraciones, adelantos y emisiones en directo, Sony ha buscado la fórmula para recobrar la emoción de vivir las experiencias en primera persona. Su espacio tradicional en E3, la mayor feria del videojuego que se celebra en San Francisco, fue el antiguo complejo olímpico. En la pasada edición innovaron con un cine de estética cercana a las Mil y una noches. En esta ocasión ha optado por reducir los asistentes. Apenas 300 pulseras morada para poder acceder el lunes por la tarde a unos estudios de cine y conocer su catálogo.

Como viene siendo habitual, no se dijo no cuándo ni por cuánto. Se centraron en invitar a soñar. La primera sorpresa llegó en el escenario. Todo el mundo de pie en una sala ambientada con toque de cine negro. En pantalla, comenzaba el tráiler de The Last of Us Part II, una versión de realismo cinematografico creada por Naughty Dog, un estudio radicado en Santa Mónica que trabaja mano a mano con Sony. El terror se palpaba. Todos en un lúgubre habitáculo sin escapatoria. No faltó El Rubius, en su retiro temporal de las cámaras y de su canal de YouTube, pero no de la información. No emite, pero sí se mantiene al tanto de las últimas novedades.

 

Veinte minutos después comenzó la aventura, pasar un puente de madera por encima del jardín para llegar a una carpa. En el grupo estaba Ideo Kojima con una mochila cruzada de una sola asa. El guionista más laureado del sector, pasaba inadvertido antes de que esa selecta multitud rompiese en aplausos ante su última creación: Death Stranging. El amo del suspense interactivo sigue fiel a Sony. El tráiler de Ghost of Tsushima, superó en vítores al de Kojima, un juego en tercera persona de mundo abierto, realidad y con duelos de katana frente a los invasores mongoles de Japón.

Así siguió el entusiasmo durante 20 minutos, antes de salir al patio y probar una de las primeras fases de Spiderman. Cerraban así el círculo, de lo abstracto a lo sensorial en apenas hora y media. Una inmersión poca veces vista.

En Sony, que ha invitado a EL PAíS a presenciar E3, ha completado su presentación con sus títulos preferidos y la opción de, tras larga cola, poner las manos por primera vez en Spiderman. El estudio no habló de definición, conexión online, batallas con amigos o precios. En realidad, Sony apenas habló salvo para dar la bienvenida. Cedió todo el protagonismo a los juegos para que hablasen por sí mismos.

PlayStation 4 goza de excelente salud, con Switch ganando cuota de mercado pero vista como un complemento, no como una venta que impide la adquisición de otra consola más potente.

Se echó en falta Dreams, una de las opciones más creativas de Sony, que sí mostrará en su stand. Este título propone un viaje especial, silencioso que transforma a placer nuestro alrededor. Desde Little Big Planet no se veía una ambición por darle acceso a los usuarios a su isla persona, decorada a placer y con pruebas creadas con amigos.

En la industria del videojuego se teme la llegada de dos grandes. Facebook y Amazon. La primera ha dejado caer que prepara su plataforma de juego en streaming. La segunda ya compró una, Twitch, por 1.000 millones de dólares. Google ya dijo en marzo, en la Game Developer Conference de San Francisco, que preparaba algo parecido. No quedó claro si este es el momento, pero sí que la emisión de partidos y torneos de todo tipo. Sin embargo, sin rastro de una posible PlayStation 5.