¡Tus sospechas son ciertas! Los pies crecen después del embarazo

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No es una sorpresa descubrir que después del embarazo tu abdomen tiene exceso de piel, aparecen estrías que antes no tenías y la báscula marca un peso mayor al que marcaba antes. Pero existen otras consecuencias de las que no se habla tanto, y por ello podrían confundir a más de una mamá. Una de ellas se encuentra en los pies.

No es sólo hinchazón

Tus amigas te platican que, mientras esperas a tu bebé, es normal que tus pies y tobillos estén hinchados. Ese aviso es real y está respaldado por la ciencia. La Clínica Mayo explica que este fenómeno se llama edema y es ocasionado por la retención de líquidos.

La Asociación Americana del Embarazo menciona que, durante esta etapa, el cuerpo produce en promedio 50 % más sangre y fluidos corporales. Esto ayuda a que el cuerpo y las articulaciones se vuelvan más blandas y flexibles, lo cual facilitará el trabajo de parto.

Pero si después de dar a luz notas que tus pies no regresaron a su tamaño habitual, no alucinas. El embarazo sí cambia de manera permanente tu talla de calzado.

Primer bebé, pies más grandes

En 2013, 49 mujeres entre los 18 y 40 años participaron en un estudio que buscó demostrar cómo esperar un bebé afecta el tamaño de los pies. Las voluntarias fueron analizadas durante su primer trimestre, así como 19 semanas después del nacimiento de sus hijos.

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Al final, 30 de ellas reportaron que sus pies eran más largos que antes: con una diferencia entre 2 y 10 milímetros. La investigación de la Universidad de Iowa también encontró que 35 de 49 madres terminaron con un arco menos pronunciado. La disminución estuvo entre 1 y 5 milímetros.

En palabras menos elocuentes, pero ciertas: cuando estás embarazada, tus pies se apachurran y, por lo tanto, aumentan de tamaño. Ese efecto se observó en especial en las madres primerizas. Para quienes la maternidad no era una novedad, los cambios no fueron tan significativos.

La explicación propuesta por los expertos de la Universidad de Iowa está en el aumento de la masa corporal y la presencia de hormonas. Durante el embarazo, la relaxina propicia la descomposición de colágeno. Dicha sustancia ocasiona que el cuello uterino se vuelva más blando, pero también afecta otros ligamentos en el cuerpo. Por ejemplo, el arco del pie pierde su rigidez habitual. Así, con los kilos de más y una estructura más suave, los pies terminan "aplastados" bajo el peso.

Esta condición es natural y no presenta riesgos para la salud. Este hallazgo podría ser una muestra de por qué las mujeres son más propensas que los hombres a padecer un trastorno muscoesquelético, como se mencionó en el estudio científico.

Pero no te preocupes, no estás sola y el único gran problema que tendrás que enfrentar es la renovación de tu colección de zapatos.

Fuente: VIX