Una mujer de 41 años, cuarta víctima del hantavirus en Chile en 2019

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Santiago de Chile, 28 ene (EFE).- Una mujer de 41 años, que falleció en la chilena sureña región del Ñuble, se convirtió en la cuarta víctima del hantavirus, según informó este lunes la autoridad de salud de la zona.

La secretaria regional ministerial de Salud del Ñuble, Marta Bravo, dijo a los periodistas que la persona fallecida fue identificada como Yerlia Figueroa Loyola, oriunda de la localidad de San Pedro de la Paz, 507 kilómetros al sur de Santiago.

Bravo precisó que la víctima falleció en el Hospital Regional de Concepción, donde estaba internada en la Unidad de Cuidados Intensivos, tras llegar de una centro de veraneo en la comuna de Yungay.

Una joven de 18 años que también se contagió en el mismo lugar con el virus, continúa internada en el mismo establecimiento "pero estable y su condición evoluciona favorablemente", precisó la alta funcionaria.

Señaló que se observó en el campamento la presencia de quila, una especie botánica de gramínea de la misma familia del bambú, un arbusto que es alimento del ratón de campo o "colilargo" (Oligoryzomis Longicaudatos) conocido reservorio del virus.

Confirmó que se abrió un sumario sanitario contra el recinto que quedó con prohibición absoluta de funcionamiento por no contar con la autorización sanitaria.

Este es el cuarto caso con resultado de muerte por contagio de este virus en lo que va del año, cuyos síntomas iniciales son similares a los de una gripe, pero posteriormente aparecen complicaciones renales y pulmonares, que en el 40 % de los casos causan el deceso.

Chile es un país donde el virus es endémico -entre la región de Valparaíso y la de Aysén-, por lo que pueden aparecer casos durante todo el año, aunque hay un aumento en verano, debido a que hay más turismo y exposición a zonas rurales.

Una persona se puede contagiar al exponerse en ambientes con roedores, siendo la más frecuente a través de las vías respiratorias.

También es posible al consumir agua o alimentos contaminados, ser mordido por el ratón, tomar al animal con las manos descubiertas y después tocarse la nariz, ojos o boca.

Incluso es posible que el virus se contagie de persona a persona -aunque es de baja frecuencia- por contacto de fluidos.