Familiares de la migrante hondureña que causó polémica y molestia a miles de mexicanos, por negar un plato de frijoles que ofrecieron en un albergue de ese país, reportaron su desaparición.
La hermana de Miriam Celaya publicó un video en el que denuncia que no ha podido comunicarse con la migrante desde el martes 20 de noviembre por la mañana.
Los familiares de la Celaya acudieron a las oficinas del periódico HuffPost México para informar sobre la desaparición repentina de la hondureña y de sus dos niñas, una de ellas sordomuda.
El celular de la migrante se encuentra apagado y no contesta mensajes ni llamadas, reiteró Elsalvador.com
Por las críticas, el bullying y todo el acoso después de las declaraciones sacadas de contexto, Miriam optó por salir del albergue en el que se encontraba.
Al parecer una persona le ofreció ayuda para llevarla hasta inmigración y resolver la situación de la hondureña, sin embargo su hermana ya no sabe más, aseguró que la han buscado en diez refugios y no tienen ninguna información sobre la mujer.
“La comida que están dando aquí es fatal (…) puro frijoles molidos como si le estuvieran dando de comer a los chanchos” esto piensa está migrante hondureña de la comida que en México les están dando de buena voluntad
¿Qué piensan de esto? pic.twitter.com/oi0ZVTv93n
— Imágenes Históricas (@HistoriaEnFotos) November 18, 2018
“Le quiero decir a los mexicanos que les han brindado apoyo a los hondureños, estoy agradecida por ayudar a mi hermana, de corazón pido disculpas por lo que sucede, tóquense el corazón, todos somos humanos y nos equivocamos” dijo Mirna en un video.
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“Tóquense el corazón, tengan compasión de mi hermana. Estoy preocupada, toda mi familia está preocupada, no sabemos de ella, ni de las niñas, ya no se ni que pensar, mi hermana está corriendo peligro, es una persona humilde, el único error fue lo que dijo, pero ella ya pidió perdón”, aseguró entre lagrimas la hermana de Miriam.
En el último mensaje en audio que Miriam envío a su hermana fue: “Te quiero mucho, te amo, que sea la voluntad de Dios, no la mía, ni de nadie, solo de él”.
