Santiago de Chile, 4 ago (EFE).- La presidenta de Chile, Michelle Bachelet, afirmó hoy sentirse avergonzada por algunas reacciones xenófobas que surgieron en el país tras detectarse un presunto caso de lepra que afectaba a un inmigrante haitiano en el sur del país, a comienzos de esta semana.
Durante una visita de trabajo a la región del Bío Bío, la mandataria pidió responsabilidad de los ciudadanos ante la aparición de enfermedades.
"Esa responsabilidad también es necesaria cuando se difunde información errada y tendenciosa sobre enfermedades que se presentan de forma aislada, y que tienden a generar una alarma y desinformación muy grande, como ha ocurrido con los casos de lepra en el país".
En la ciudad de Valdivia, capital de la región de Los Ríos, se informó el pasado lunes de un haitiano de 28 años que presentaba síntomas de lepra.
Las autoridades desdramatizaron de inmediato la situación, subrayando que se trata de una enfermedad curable y de difícil contagio, para la cual existen los tratamientos adecuados y revelaron que en realidad hay tres casos en el país y cada año se detectan uno o dos.
No obstante, las redes sociales recogieron opiniones de gente que pedía aislar a los haitianos y a otros inmigrantes, como supuestos portadores de enfermedades contagiosas.
Los inmigrantes haitianos, que suman más de 100.000 en Chile, se manifestaron contra tales expresiones, señalando que "la lepra tiene tratamiento, la xenofobia no".
"Me dio mucha vergüenza leer lo que la comunidad haitiana dijo", subrayó hoy Bachelet, que añadió que "las enfermedades se curan con remedios y tratamientos a los que tiene derecho toda persona que habita en nuestro país, y no tiene que ver ni con el color de la piel ni el país de donde provenga".
"Si hay casos, hay que tratarlos", sentenció la mandataria, tras la inauguración de un Centro de Salud Familiar (Cesfam) en la ciudad de Concepción, a 515 kilómetros al sur de Santiago.
"No confundamos las cosas", remarcó.
