¿Por qué los amores de verano son más intensos? La ciencia responde

Los amores de verano son inolvidables; al menos eso dicen quienes han tenido la suerte de vivir uno. Y lo dicen también una innumerable cantidad de novelas, películas y canciones que hablan de ellos, pero, ¿qué los hace tan especiales? ¿Realmente son más intensos? 

La mirada científica a los amores de verano

«Las personas pueden sentirse más libres de participar en experiencias románticas y sexuales si están "en el recreo" de sus vidas reales», señaló Catherine Sanderson, profesora de psicología del Amherst College de Massachusetts.

La ausencia de un compromiso con los desconocidos podría hacernos más abiertos a experimentar una relación amorosa aventurera, de una forma mucho más libre. 

 

Por otro lado, los amores de verano tienen mucho de amor a primera vista. Florian Zsok —psicólogo de la Universidad de Groningen, en Holanda— descubrió que el amor a primera vista estaba notoriamente relacionado a la atracción física. Y, en el verano, las personas visten de manera más reveladora, lo que potencia la excitación sexual y la atracción física.

Por otra parte, los amores de verano están también relacionados a las características del verano mismo: diversión y aventura.

En el verano, las personas suelen salir más a divertirse, además de salir más con amigos. Y, en ese afán aventurero, pueden estar también más predispuestas a vivir una aventura amorosa, una aventura que hará que ese amor sea mucho más intenso que un amor «normal», debido a sus características.

En el verano, además, muchos estudiantes disfrutan de sus vacaciones yendo a otras ciudades u otros países, donde conocerán también a muchas nuevas personas a quienes, quizás, no vuelvan a ver en sus vidas. En ese sentido, el amor de verano también se vuelve intenso: las relaciones son más aceleradas porque no hay tiempo que perder, literalmente. 

En resumen, el verano cuenta con todas aquellas características de un inolvidable amor adolescente: diversión, aventura, intensidad, atracción y libertad.

¿Y tú? ¿Has tenido un amor de verano que confirme estas teorías?