Costa Rica: Capturan a criminales que secuestraron, torturaron y mataron a comerciante

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Autoridades costarricenses desarticularon una banda criminal y detuvieron a tres de sus integrantes sospechosos de secuestrar, torturar y asesinar a un comerciante.

Los implicados de asesinar al comerciante Sixto Zapata Pizarro, cayeron en manos de la Policía Judicial, luego de ser capturados este lunes en cuatro allanamientos realizados a eso de las 6 de la mañana en cuatro lugares distintos.

Wálter Espinoza, director del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), dijo que el líder de la banda es un hombre de apellido Ulate, quien tiene antecedentes por homicidio. Asimismo indicó que este fue arrestado en Sabalito de Coto Brus.

Los otros dos sospechosos se apellidan Alcázar, quien fue detenido en Heredia, y Zamora, capturado en Quepos, este último tiene antecedentes por tráfico de drogas.

Las autoridades también allanaron una casa localizada en Quepos ya que en ese lugar es donde habrían retenido por varios días al comerciante.

Sixto Zapata Pizarro tenía 60 años, era un comerciante y pescador, dueño de varias lanchas y miembro de una reconocida familia de Quepos.

Espinoza contó que el crimen se dio el año pasado, ciando Sixto fue secuestrado el miércoles 29 de noviembre mientras estaba en un bar en Naranjitos de Quepos.

Los maleantes hicieron el rapto en el propio carro de la víctima, pero horas después dejaron el vehículo tirado en el río Cañitas, en Anita de Quepos.

Ante la desaparición del comerciante, el jueves 30 noviembre, la familia interpuso una denuncia y esa misma tarde empezaron las llamadas telefónicas exigiendo el pago de dinero.

Según dijo el jefe del Organismo de Investigación Judicial, los secuestradores pidieron 125 millones de colones.

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Los allegado al empresario pagaron ¢5 millones, pero eso no le salvó la vida a Zapata, ya que el sábado 2 de diciembre los agentes judiciales encontraron el cuerpo en un racho de una finca en Las Cuevas de Damas de Quepos, señaló La Teja.

“El cadáver estaba sentado en una silla, amordazado, tenía quemadas hechas con cuchillos que calentaron para torturarlo, le faltaban los dedos índices de las manos y tenía cuatro balazos entre la cara, el estómago y el pecho”, detalló Espinoza.