Impactante lo que ocurre al momento que este hombre baña a una gigantesca cobra

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El video de un hombre dándole un baño a una cobra recorre las redes sociales por lo intrépido que resulta. El enorme animal que mide aproximadamente tres metros está a poca distancia del hombre, quien con un balde le tira el agua encima. 

La cobra parece disfrutar el agua. Sin embargo, cada minuto de este video hace saltar el corazón por el enorme riesgo que representa la acción de este hombre. 

Sin duda, el hombre parece ser un encantador de serpientes, una práctica muy común en la India.

¿Qué hace un encantador? 

Muchas personas han presenciado el acto en que un encantador de serpientes doma a una cobra, dejándola quieta y mansa con el sonido de su flauta. No cualquier persona puede hacerlo, pues requiere práctica, autoconfianza y sobre todo mucha tranquilidad.

El encantador de serpientes toca una flauta que mueve de un lado a otro lentamente y la serpiente sigue ese movimiento con la cabeza, en apariencia hipnotizada, pero en realidad es la forma en que el reptil observa mejor cualquier objeto/animal que está en movimiento (sobre todo que puede serle potencialmente peligroso). 

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Al no percibir un peligro inmediato el animal no ataca, pero por precaución sigue con la vista el movimiento de la flauta.

En realidad, las serpientes son sordas. Su principal sentido es el olfato, el cual reside principalmente en su lengua. Es por esta razón que cuando cazan sacan continuamente la lengua. Pueden también sentir las vibraciones en el suelo a través de su vientre, por lo que pueden percibir a una persona que se aproxima descuidadamente. Pero no pueden oír. 

Las serpientes no se calman por la música de la flauta, sino por el movimiento suave del instrumento. El encantador de serpientes mueve de un lado a otro la flauta lentamente, y la serpiente sigue este movimiento con la cabeza, en apariencia hipnotizada, pero en realidad es la forma en que una serpiente observa mejor a un objeto en movimiento y que puede serle potencialmente peligroso.

En realidad, las serpientes son sordas.