“Ventas de almas” y tatuajes: Culto al “Angelito Negro” que se viraliza en Tepito

“Ventas de almas” y tatuajes: Culto al “Angelito Negro” que se viraliza en Tepito
Foto: “Ventas de almas” y tatuajes: Culto al “Angelito Negro” que se viraliza en Tepito / Cortesía

En las últimas horas se volvió viral en redes sociales el culto que los “devotos” del “Angelito Negro” están realizando en Tepito, México.

Por si te preguntabas qué es el “Angelito Negro”, se trata de una escultura “poderosa” al ojo, imponente, si te le paras de frente.

Muchos dicen que la primera reacción que tienen al entrar a la habitación y ver el altar en forma de pentagrama, es miedo; pero en realidad es respeto. Según el “guardián” del “Angelito Negro” ese miedo y respeto, se convierte en adoración.

Uno de los habitantes de la localidad confesó que ofreció su alma al Diablo a cambio de que salvará a su mamá. Esté le cumplió, y como devoción al trato, el muchacho comenzó a leer más sobre este culto, hasta dar con el santuario a la Santa Muerte.

“Ventas de almas” y tatuajes: Culto al “Angelito Negro” que se viraliza en Tepito
Foto: “Ventas de almas” y tatuajes: Culto al “Angelito Negro” que se viraliza en Tepito / Cortesía

Así mismo, este joven mexicano y devoto que le apodan “El Chino”, decidió trasladar dicha escultura hasta su casa y hacerle un altar. “De tanta mamada que hay en el mundo, la gente ya cree más en él”; sentencia “El Chino».

Los fieles del “Angelito Negro” le llevan hasta ofrendas

Desde adultos mayores, niños, y hasta jóvenes son los que se acercan a rendirle culto al “Angelito Negro”; además, en el lugar dejan distintas “ofrendas” por las “promesas” concedidas.

“El Chino” dice que unas cinco personas llegan a diario para saludar y platicar un rato con el “Angelito Negro”; asegura que la gente que se acerca al culto no es mala o necesariamente malandros o adictos, solo es gente con fe.

“Tengo que disfrutar lo que pasa aquí, mi alma la tiene él por salvar a mi madre”; aseguró el joven. «Hasta la persona más mala, la más buena, hasta los niños creen en él”; agregó.

Sin miedo y con algo de orgullo al contar la anécdota, este joven fiel del “Angelito Negro” narra las veces que tuvo acercamientos con el “santo”.

Como el altar está a lado de su habitación, cuenta las ocasiones que ha escuchado como pasos de niños, como se mueven las cosas y como crujen; y hasta la vez que fue poseído durante una misa en el santuario a la Santa Muerte, en Pachuca, y como cuatro personas lo tuvieron que sostener por la violencia que su cuerpo presentó en ese momento.

El Heraldo de México