El chocolate proviene del fruto del árbol de cacao (Theobroma cacao); originario de América Central y del Sur. Su popularidad creció tras el descubrimiento europeo en el siglo XVIII, lo que impulsó su cultivo en diversas regiones del mundo.
Existen tres tipos principales: negro, con leche y blanco. El de color negro contiene mayor proporción de cacao; lo que le da un sabor más intenso y menos azúcar. Además, no lleva leche, lo que lo hace apto para veganos o personas con intolerancia a la lactosa.
Gracias a su alto contenido de cacao, esta variedad es rica en flavonoles y polifenoles, compuestos antioxidantes que ofrecen múltiples beneficios para la salud.

Este tipo de chocolate no solo te alegra también cuida tu presión
Además, un estudio surcoreano reveló que el consumo diario de chocolate negro con 85 % de cacao mejora el estado de ánimo; al favorecer la diversidad de bacterias intestinales asociadas a emociones positivas.
Amit Oz, cofundador de Conspiracy Chocolate, explica que este tipo de chocolate contiene teobromina y cafeína, compuestos que generan una sensación de bienestar y estimulación.
Los flavonoles del chocolate negro ayudan a mejorar la circulación sanguínea; reducir la presión arterial y disminuir niveles de colesterol y triglicéridos, lo que beneficia directamente la salud cardiovascular.
Mejora la función cerebral y controla la glucosa
En el ámbito neurológico, una investigación de la Universidad Estatal de Georgia demostró que consumir chocolate negro con 72 % de cacao durante cuatro semanas mejora la función ejecutiva, la memoria y aumenta el volumen de materia gris en el cerebro.
Además, otro estudio en EE.UU. indicó que las personas que consumieron chocolate negro cinco veces por semana redujeron en un 21 % su riesgo de desarrollar diabetes tipo 2, al mejorar la glucosa en sangre y la resistencia a la insulina.