Cómo tratar la epilepsia sin fármacos

La epilepsia es una enfermedad crónica, heterogénea, que se debe a diferentes etiologías y que se caracteriza por la presencia de dos o más crisis epilépticas en ausencia de injuria cerebral aguda.

El objetivo del tratamiento es mantener sin crisis al paciente epiléptico. Para ello se dispone de la posibilidad de tratamiento no farmacológico y farmacológico. En este artículo, nos referiremos sólo al tratamiento no farmacológico.

Si luego de realizar un tratamiento farmacológico correcto, con las drogas indicadas en cada caso, a dosis máximas y en las combinaciones correspondientes, la persona continúa con crisis epilépticas, se debe recurrir a otro tipo de tratamiento.

Entre las opciones disponibles se citan, dieta cetogénica, estimulación vagal y cirugía de la epilepsia.
No todos los pacientes, ni todos los tipos de epilepsia responden a estos tratamientos no farmacológicos. Existen rigurosos criterios de inclusión y de exclusión para cada uno de ellos.

La dieta cetogénica es muy rígida, rica en grasas, con poco contenido de proteínas y carbohidratos, y mantiene a la persona en situación de ayuno permanente.

Su uso se plantea frente a formas de epilepsia refractaria al tratamiento. Induce la remisión de las crisis en dos tercios de los pacientes tratados.

La estimulación vagal es una técnica que consiste en un dispositivo que estimula el nervio vago (similar a un marcapaso cardíaco).

El implante es mediante un procedimiento quirúrgico que ubica el dispositivo a nivel subcutáneo en la región subclavicular izquierda.

La cirugía de la epilepsia se plantea cuando se cumplen ciertos requisitos: alta frecuencia de crisis que invaliden al paciente para las actividades de la vida diaria, área epileptógena bien definida y preferentemente silente en lo funcional.

Los resultados de este procedimiento quirúrgico dependen de la correcta selección del paciente, de la etiología de la epilepsia y de la técnica escogida.