Chemsex, la peligrosa moda sexual que causa furor

Acrónimo inglés de "química" y "sexo", el Chemsex es el término que los investigadores utilizan para designar a las relaciones sexuales que, de manera intencional, se practican bajo el influjo de drogas psicoactivas como la mefedrona, el GHB también conocido como la “droga de las violaciones”.

El principal objetivo de consumir las drogas es que el sexo dure mucho más tiempo, desde varias horas hasta días completos sin parar (ni siquiera para comer o dormir), generalmente con diferentes parejas sexuales. Si bien esta práctica comenzó entre parejas gays, en los últimos años también ha sido adoptada por parejas heterosexuales.

 

De acuerdo con los artículos publicados por British Medical Journal, esta tendencia implica varios riesgos. En primer lugar están las violaciones, pues al estar bajo los efectos de las drogas las personas podrían perder el sentido, verse afectada su capacidad de tomar decisiones o de aceptar alguna práctica en especial, así como la posibilidad de seguir consumiendo las drogas sin siquiera darse cuenta (por medio de las bebidas, principalmente).

Además, el abuso en el consumo de los psicotrópicos podría generar pérdida de memoria, crisis cardíacas, pérdida de conciencia, sobredosis y/o posterior dependencia a esas sustancias, lo cual tendría consecuencias negativas para la salud.

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También, están los riesgos asociados al consumo de drogas, como la muerte por sobredosis o los efectos sobre la salud física y mental, y su impacto en la vida social: problemas económicos, pérdida de empleo, abandono de otras formas de ocio, problemas legales y estigmatización.

Otra de las posibles consecuencias de combinar sexo y drogas es el contagio de enfermedades de transmisión sexual, pues en la mayoría de los casos se realizan sin protección y con diversas personas, sin conocer sus antecedentes o su estado de salud.

Cuando el sexo que sólo dura 15 minutos (frente al que dura dos días) resulta aburrido, tenemos un problema. Cuando no vemos nuestras necesidades cubiertas, o no podemos tener relaciones íntimas sin sustancias, tenemos un problema. Cuando necesitamos sortear los riesgos de las drogas en la búsqueda de un polvo, tenemos un problema.