Un cartero se enfurece al ver que su ruta cotidiana en Utrecht (Holanda) ha sido interrumpida y acordonada para que pasen por allí los ciclistas del Tour de France.
El peso de sus bolsas, las altas temperaturas, de unos 35 grados a la sombra, y el inesperado obstáculo en el camino hacen al hombre perder la paciencia.
Agencias