¿Por qué nos cuesta tanto borrar fotos de nuestro móvil?

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Una de las colecciones más importantes que atesoramos es la que forman nuestras fotos personales. Ya surjan de la afición por la fotografía o con el propósito de documentar de forma gráfica ciertos lugares, objetos o acontecimientos, estas imágenes representan momentos y aspectos significativos de nuestra vida.

Las fotografías encapsulan fragmentos de la realidad que nos rodea, reflejan nuestra propia historia y forman un compendio único de recuerdos y vivencias.

Hoy es difícil imaginar un viaje placentero, una celebración en familia o una cena de amigos sin dejar un testimonio gráfico.

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Hacemos fotos como apoyo a los recuerdos, si bien el deseo de retratarlo todo es una distracción que nos entorpece la memoria. Queremos fotografiar todo cuanto despierte siquiera un mínimo interés. Hacemos incluso varias tomas, por si alguna sale mal. No es mala idea, pero quizá sea mejor seleccionar y conservar solo aquello que vale la pena.

En la época de las cámaras analógicas, la fotografía era un pasatiempo caro, por lo que eran pocas las instantáneas que solían tomarse de un acontecimiento.

La llegada de la fotografía digital y de los teléfonos móviles con cámara ha multiplicado el número de fotografías que tomamos y guardamos. Y ha transformado, también, el contenido de las imágenes y los métodos con que las capturamos, organizamos y compartimos.

Usos potenciales

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Al registrar experiencias propias, las fotografías tienen varios usos potenciales. Entre otros: sustentar la visión de un hecho pasado, refrescar la memoria sobre un evento o revivir instantes por mera diversión.

Además, las imágenes forman parte de nuestro espacio personal de información porque suelen generar respuestas afectivas intensas. A causa de esa relación emocional solemos cuidarnos de preservarlas durante muchos años.

La naturaleza intangible de los formatos digitales puede provocar la sensación de que nuestras fotos se han convertido en un material efímero y perecedero. Sin embargo, la aparición de plataformas sociales para almacenar, gestionar y compartir imágenes ha traído consigo nuevas formas de organizar y difundir las fotos personales.