El fundador del Telegram explica por qué «WhatsApp nunca será seguro»

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El fundador y director del servicio de mensajería Telegram, Pável Dúrov, ha escrito una columna crítica sobre los problemas de seguridad en WhatsApp tras conocerse la noticia sobre una vulnerabilidad en ese popular servicio. 

En el texto, titulado "Por qué WhatsApp nunca será seguro", Dúrov plantea que la noticia no le sorprendió y recordó que el año pasado la aplicación ya había revelado un problema similar. "Cada vez que WhatsApp tiene que corregir una vulnerabilidad crítica en su aplicación, en su lugar aparece una nueva", sostuvo, agregando que "todos sus problemas de seguridad funcionan como puertas traseras".

Según el ruso, "WhatsApp no ??es de código abierto, por eso un especialista de seguridad no puede verificar si hay alguna puerta trasera en su código". Además, señaló que la aplicación de mensajería "no solo no publica su código, sino que hace exactamente lo contrario: confunde intencionalmente los archivos binarios de sus aplicaciones para que nadie pueda examinarlos cuidadosamente".

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El fundador de Telegram estima que WhatsApp y su empresa matriz, Facebook, "probablemente necesitaron implementar puertas traseras a través de procesos secretos, por una orden del FBI". "No es fácil lanzar una aplicación de comunicación segura desde EE.UU. Durante la semana que nuestro equipo pasó en EE.UU. en 2016, recibimos tres intentos de infiltración por parte del FBI. Imaginen qué pueden traer 10 años en ese entorno a una compañía basada en Estados Unidos", planteó.

El cifrado, una "estrategia de mercadeo"

Asimismo, Dúrov recordó que hace unos años WhatsApp transfería mensajes como texto simple sin encriptación. "Es una locura. No solo gobiernos o 'hackers', sino también los proveedores de servicios móviles y los administradores de wifi tuvieron acceso a toda la correspondencia de WhatsApp", aseguró.

Asimismo, el emprendedor afirmó que el sistema de mensajería agregó "algo de cifrado", aunque esto "rápidamente resultó ser una estrategia de marketing". "Después, los creadores de WhatsApp lo vendieron a Facebook y afirmaron que 'la confidencialidad estaba en su ADN'. Si es verdad, entonces debe ser un gen durmiente o recesivo", opinó.