«Nadie se va de esta tierra sin pagar»: reacciones a captura del asesino de Mulukukú

Entierro de madre e hija que fueron asesinadas en Mulukukú
Foto: Entierro de madre e hija que fueron asesinadas en Mulukukú / Cortesía

Wilmer Antonio González Méndez, es el hombre quien después de matar a Luz Maritza González Valle de 53 años y Diagnnie Dayiris Boniche González de 29 años, en la finca San Jerónimo de Mulukukú, huyó. Afortunadamente, ya fue capturado por la Policía Nacional la madrugada de este jueves 6 de octubre en Rosita, Caribe Norte.

La doctora Jacoba Dávila Molina, coordinadora del Centro de Estudios e Información de la Mujer Multiétnica CEIMM de la Universidad URACCAN, tras conocer la noticia dijo su opinión al respecto. «Nadie se va de esta tierra sin pagar, y que le caiga todo el peso de la ley a este hombre, ya que las dos mujeres no se pueden revivir»; expresó.

Así mismo, Clorimar Espinoza, pobladora de Siuna; dijo que un acto de esa magnitud es imperdonable y por ello se debe aplicar la prisión perpetua revisable; ya que es un peligro para la sociedad.

La pobladora además dijo que la vida de la mujer debe ser respetada por todos y por todas.

Un espantoso crimen en Mulukukú

Madre e hija asesinadas en Mulukukú
Foto: Madre e hija asesinadas en Mulukukú / Cortesía

El 22 de julio del 2021, Nicaragua amaneció estremecida con la noticia de que madre e hija fueron asesinadas por Wilmer; un hombre de 30 años de edad, trabajador de las víctimas.

Este, motivado por el robo y rencillas, le realizó disparos con arma de fuego a la ciudadana Luz Maritza González Valle y agredió con objeto contundente a Diagnnie Dayiris Boniche González, ocasionándoles la muerte.

Madre e hija asesinadas en Mulukukú
Foto: Madre e hija asesinadas en Mulukukú / Cortesía

Las autoridades policiales en ese año explicaron que los cuerpos examinados por médico forense de Triángulo Minero, dictaminaron causas de muertes; Shock hipovolémico y Trauma craneoencefálico severo por golpe con objeto contundente.

El asesino Wilmer Antonio González Méndez, era un hombre de confianza en la Finca San Jerónimo; ya que fue el «mandador» y después de cometer el crimen evadió la justicia por un 13 meses.