Con profundo dolor, llanto y rostros llenos de tristeza, los habitantes del barrio Yuris Ordoñez, en el municipio de Tipitapa, acompañaron la vela de una madre y su hija de apenas 13 años, víctimas de un crimen atroz que ha conmocionado a toda Nicaragua.
Los ataúdes, cubiertos de flores y rodeados de oraciones, reposaron uno junto al otro, mientras vecinos y familiares intentaban encontrar consuelo ante lo que califican como una tragedia «sin nombre».
El doble asesinato ocurrió la noche del domingo en el barrio Villa Reconciliación Sur, en Managua. Las víctimas fueron identificadas como Yulissa Montoya Chavarría, de 46 años, y su hija, de iniciales D.Y.M.Ch., de tan solo 13 años.
Según relató Javier Ramírez Chavarría, hermano de Yulissa, las investigaciones señalan como presunto autor al excompañero de vida de la mujer y padre de la menor, identificado como Bayardo José Morales Madrigal, de 48 años.
Tipitapa llora a madre e hija víctimas de feminicidio en Villa Reconciliación
Javier explicó que Morales ya tenía antecedentes de violencia y contaba con una orden judicial que le prohibía acercarse a su expareja. “En enero de este año se abrió un caso por agresión física y amenazas de muerte. Tras una mediación, quedó bajo medidas restrictivas que le impedían acercarse a menos de 500 metros de la vivienda”, señaló.
El hermano de la víctima recordó que el agresor era una persona agresiva y volátil. “De repente estaba tranquilo y de repente explotaba. Yo mismo vi cómo maltrataba a mi hermana. Le advertí que si la volvía a agredir, tendría problemas conmigo”, declaró con la voz entrecortada.
La situación empeoró después de la separación. Aunque por momentos intentaron reconciliarse, las medidas judiciales continuaban vigentes. La víctima finalmente decidió cortar todo vínculo, pero el agresor no respetó las restricciones.
De acuerdo con las investigaciones, Morales asfixió a Yulissa, y cuando su hija intentó defenderla, la golpeó brutalmente hasta dejarla inconsciente, para luego también estrangularla. Los familiares aseguran que el crimen fue premeditado.
“El tipo las acostó juntas en la cama, les puso flores, un corazón entre ambas y colocó la mano de la niña sobre la de su madre. Eso no fue un impulso; lo tenía planificado”, aseguró Javier. También indicó que Morales aprovechó que una familiar que vivía en la casa estaba de viaje para cometer el crimen sin testigos.
Los vecinos fueron los primeros en alertar a las autoridades. Cuando los familiares llegaron, la Policía Nacional ya había acordonado la zona y prohibió el ingreso por tratarse de una escena del crimen con tres cuerpos (incluido el del victimario) y evidencias clave.
Feminicidio en Villa Reconciliación
Los familiares confirmaron que ambas víctimas murieron por asfixia mecánica. “Todavía no nos muestran los documentos oficiales, pero todo apunta a que fue estrangulamiento”, explicó Javier.
La menor, estudiante destacada de secundaria, tenía solo 13 años. “No tenía 15, como están diciendo. Tampoco es cierto que había alcohol de por medio. Mi hermana era cristiana, no bebía”, aclaró Javier ante los falsos rumores en redes sociales.
Hoy, en el barrio Yuris Ordoñez, el ambiente es de luto, impotencia y rabia. Una madre y su hija fueron silenciadas por el mismo hombre que, en algún momento, formó parte de su familia. Sus seres queridos solo tienen preguntas, recuerdos y el vacío irreparable de su partida.
