Canadienses regresan a zona devastada por incendio

Los habitantes de una ciudad canadiense regresaron el miércoles a sus viviendas tras un devastador incendio forestal.

Los residentes de Fort McMurray empezaron a despejar los escombros y revisar lo que quedaba de sus viviendas y propiedades, luego de un incendio que destruyó 2.400 estructuras y obligó a 80.000 personas a salir de la ciudad el mes pasado.

Las autoridades calculaban que miles de personas volverían el miércoles, el primer día de un retorno que tendrá lugar por fases. Primero se dejó regresar a los que vivían en propiedades que no fueron arruinadas.

Uno de los habitantes, Mike Maloney, dijo que cortaría el caótico césped frente a la vivienda mientras adentro su esposa e hijos empezarían a limpiar.

«Es triste ver cuántas cosas se quemaron, es trágico para esa gente, pero creo, al considerar todo, que todos sobrevivirán», expresó.

Pilar Ramirez pasó la noche en la parte trasera de un camión en Anzac, Alberta, a unos 40 minutos en coche hacia el sudeste de Fort McMurray.

Inmediatamente tras regresar se puso a limpiar la vivienda, que comparte con compañeras de trabajo en una fábrica de cemento. Su primera reacción al abrir la puerta: «¡Qué repugnante!»

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Foto: AP

«Todo el lugar apestaba, especialmente los residuos de comida. Había moscas por todas partes, bien grandes. Y yo me preguntaba, ‘Dios mío, ¿qué ha ocurrido aquí?»’.

En la carretera que lleva a la ciudad, los bosques estaban totalmente chamuscados. La devastación se hace evidente tan pronto uno ingresa al área metropolitana y el olor a humo permea el ambiente.

En la entrada de la ciudad se veían carteles con las frases «Hay que permanecer juntos» y «Estamos aquí. Somos fuertes». Una enorme bandera canadiense ondeaba desde las escalerillas de dos camiones de bomberos estacionados en un puente sobre la vía principal.

Bob Couture, director de emergencias del centro de comando regional, calculó que entre 14.000 y 15.000 personas llegarían el miércoles. La Cruz Roja se disponía a traer a unos 2.000 habitantes que no tienen vehículo propio.

A los residentes se les advirtió que deben traer consigo suministros como agua, alimentos y medicinas, pues los sistemas de reabastecimiento de la ciudad no han sido restablecidos aún.