En la era digital, cada vez más jóvenes y adultos recurren a plataformas de inteligencia artificial como ChatGPT para expresar sus emociones, buscar consuelo o incluso recibir orientación emocional.
Sin embargo, el uso de estas herramientas como sustituto de la atención psicológica ha encendido las alarmas entre expertos en salud mental.
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“El acceso inmediato y anónimo a estas plataformas puede parecer reconfortante, especialmente ante barreras como el miedo al juicio o el alto costo de una consulta profesional”; explica el psicólogo clínico Juan Carlos Granja. Pero aclara que ninguna IA puede reemplazar el vínculo humano, la escucha activa ni el criterio clínico que solo un terapeuta formado puede ofrecer.
Aunque estas tecnologías pueden servir como punto de partida, su uso exclusivo podría cronificar el malestar emocional o retrasar la búsqueda de ayuda especializada. “La IA no detecta señales no verbales, no tiene empatía real ni capacidad de intervenir ante situaciones de riesgo”; añade Granja.
ChatGPT y salud mental
Desde el ámbito tecnológico, Rubén Manrique, profesor de la Universidad de los Andes, resalta que herramientas como ChatGPT no están diseñadas con fines terapéuticos.
“Son modelos entrenados con textos generales, sin validación clínica ni supervisión profesional. Usarlas como apoyo médico representa un riesgo ético y de seguridad”; advierte.
La Organización Mundial de la Salud reporta que una de cada ocho personas en el mundo padece algún trastorno mental. Ante esta realidad, los expertos coinciden: la IA puede complementar, pero nunca reemplazar la atención psicológica.
Padres, docentes y usuarios deben promover el pensamiento crítico y establecer límites en el uso de estas plataformas. La salud mental merece algo más que respuestas automáticas; merece un espacio humano, seguro y profesional.
